Parece que es la hora, y no es la hora, que diría Barbeito. Cuarto ensayo, último en la calle, calle de Puñonrostro y una primavera que no termina de llegar. La parihuela del paso de palio de Los Estudiantes, el que ha de portar el Domingo de Ramos a María Santísima Inmaculada Madre de la Iglesia, asoma a media luz. No hay tensión entre los costaleros que han ido llegando a eso de las nueve. No hay tensión, no, pero sí ese rictus de gravedad en el relente. Una luz va iluminando el armazón que, con los primores de la fe y el arte, será el barco que transporte a la Madre del Señor por las calles de Madrid cuando... Ver Más
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