El de las categorías inferiores es un fútbol en el que los aficionados tienen al alcance de la mano la oportunidad de poder disfrutar en una misma liga de clubes que representan a grandes ciudades, a pequeños municipios e incluso a barrios que se sienten orgullosos de presumir de sus equipos por toda España. Una amalgama en la que también se pueden jalear los goles de entidades que no responden a ese perfil poblacional. Es el llamativo caso del Diocesano, colegio cacereño con más de medio siglo de vida que este fin de semana ha celebrado el ascenso a la Segunda RFEF y que la próxima temporada competirá, por ejemplo, en la misma división que lo hará el Recreativo de Huelva, el decano del fútbol español. La victoria en el campo del Calamonte (1-3) rubricó este domingo una temporada de ensueño para el Diocesano , un colegio que desde su fundación, en 1965, ha tenido en el deporte, especialmente en el fútbol, uno de sus pilares. El pasado curso se le escapó el ascenso a última hora al cerrarle el Coria las puertas de la Segunda RFEF, pero al conjunto rojillo, entrenado por Adolfo Senso desde 2019, aprendió aquella lección y esta campaña ha conseguido dar el salto a una categoría en la que compiten actualmente entidades con larga trayectoria en Primera división, como el Hércules, el Real Murcia, el Córdoba o el Numancia. «La clave del ascenso, del año que estamos haciendo, es el grupo tan bueno que hay. Casi todos somos más o menos de la misma edad, por lo que es mucho más fácil entendernos y jugar dentro del campo. Algunos vivimos juntos, eso hace que nos conozcamos mejor y se traslada luego al terreno de juego», asegura Rubén Palmero a ABC. El exdefensa del Adarve madrileño, el pasado curso en el Ursaria, es uno de los que se ha unido esta temporada al Diocesano, donde se le recibió con los brazos abiertos desde el primer día. La mañana del domingo, en Cáceres se vivió pendiente del 'Dioce', especialmente los alumnos de un colegio que fue fundado en 1965. «Desde el principio de temporada el club nos ha transmitido toda la confianza del mundo y eso se nota. A los que somos de fuera de Cáceres, siempre nos han dado lo que hemos necesitado, tanto el cuerpo técnico como el presidente», agradece Rubén Palmero, feliz por el ascenso de este modesto club cuyo nombre, sin embargo, ya lleva años sonando en el fútbol español. Una referencia especialmente en sus divisiones inferiores. «Es un club muy importante tanto en Cáceres como en toda España, ya que de él salen bastantes jugadores jóvenes hacia grandes equipos, incluso a canteras de conjuntos de Primera». Traspasos de futbolistas colegiales que se llevan sucediendo desde hace más de una década. La temporada 2011-2012, en la que el juvenil consiguió el ascenso a la División de Honor, resultó especial porque varios jugadores salieron con destino a grandes clubes como el Real Madrid. Uno de ellos ha terminado haciendo carrera en Primera, Burgui, que tras su paso por la fábrica blanca ha militado en el Alavés, Zaragoza, Sporting y Espanyol, entre otros conjuntos. Un once inicial del Colegio Diocesano - @Palmee6 Este colegio concertado cacereño controla actualmente a más de 450 jugadores y 41 entrenadores repartidos en 32 equipos por todas las categorías del fútbol extremeño. Una entidad que mira y se nutre especialmente de la cantera y que esta temporada celebra un doblete histórico porque su juvenil también aseguró el sábado el ascenso a la División de Honor, en la que debutó por primera vez en 2011. «El club no tiene campo propio y tenemos que jugar en los de la Federación Extremeña, aunque algunos de los equipos de la cantera sí se entrenan en el colegio», aclara Palmero. Un jugador que, como todos sus compañeros, entra en la historia de este familiar club cacereño porque, por primera vez, el equipo ‘mayor’ de la entidad rojilla competirá en una categoría interautonómica. «Una pasada», exclaman sus seguidores. «Ningún jugador del equipo de Tercera RFEF estudia en el colegio porque ya hemos pasado los cursos que se dan en el colegio», explica Palmero. «Muchos de nosotros ayudamos al club entrenando a equipos de la cantera. Cada dos jugadores llevamos un equipo de la cantera y así también nosotros empezamos a coger experiencia como entrenadores de fútbol», añade. Aunque en los primeros años el Colegio Diocesano nutría a su equipo de fútbol con los alumnos que llegaban al internado desde diferentes pueblos Cáceres, con el paso del tiempo el club se fue abriendo a la ciudad, incorporándose al club niños y jóvenes aunque no cursaran estudios en el centro. Un crecimiento que llevó al nacimiento de la escuela de fútbol con el objetivo de mejorar la estructura del club, que desde 2014 tiene firmado un convenio de colaboración con el Real Madrid. La esencia del Diocesano, sin embargo, ha permanecido inalterable y también la filosofía que se inculca a los futbolistas: por encima de cada jugador siempre está el equipo. Un conjunto en el que los valores formativos tampoco se abandonan y en cuya cantera también dio sus primeros pasos Manolo Sánchez Delgado, delantero que en la temporada 1991-92 se proclamó Pichichi de la Liga española con el Atlético de Madrid (27 goles).
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