Joan Capdevila, ganado de la Eurocopa y el Mundial con España, ha encontrado su camino en los despachos tras colgar las botas. El Espanyol le ofreció regresar al club con el que debutó en Primera para ocupar el cargo de director de relaciones institucionales del club blanquiazul. —Usted es hombre de fútbol ¿Por qué escoge los despachos? —Cuando me retiré quería seguir vinculado al mundo del fútbol y me saqué el carnet de entrenador. Quería formarme en todo pero no he sentido la llamada de los banquillos. El Espanyol me ofreció ser director de relaciones institucionales y fue una bendición porque pude seguir vinculado al mundo del fútbol y representar al club en todo lo que necesite. Me siento cómodo y me gusta. —Director de relaciones institucionales. ¿Cuántas veces le han preguntado en esos encuentros por el gol de Iniesta? —En muchos. No en todos, porque en este tipo de encuentros con clubes e instituciones no se habla tanto de fútbol, pero sí que te preguntan qué sentí en esa final y en ese Mundial, curiosidades… —En aquella final usted era el único jugador que no era del Barça ni del Madrid. ¿Por qué ahora hay tanta variedad? ¿por descenso de nivel, por la apuesta por talento extranjero de los clubes…? —No lo sé pero creo que es bueno. Son generaciones y todo evoluciona. También hay jugadores de mucho nivel en equipos que no son ni el Barça o el Madrid. Luis Enrique trabaja ahora con un abanico de muchísimos jugadores porque cualquiera puede entrar y eso es muy bueno y una motivación. El seleccionador lo está haciendo muy bien, me gusta mucho su manera de trabajar. —Y entre ellos Raúl de Tomás, que externaliza el nombre del Espanyol… —Hacía mucho tiempo que no teníamos un internacional absoluto en el Espanyol. RDT lo está haciendo muy bien, está aportando mucho al equipo y hace menos de un año estaba en Segunda división. Te demuestra que a base de trabajo todos pueden tener una oportunidad. Si va a la selección es que hace bien las cosas en el Espanyol, así que vaya por muchos años. —¿La situación actual de la selección se puede equiparar a la del 2008, con la zozobra por la ausencia de Raúl…? Cada momento tiene sus cosas y no son iguales. En todas las épocas ha habido debate y siempre habrá en la selección. Ojalá tengan la misma suerte que tuvimos nosotros con Luis Aragonés. Benditos sean los problemas si luego acaban campeones del mundo. No hay que darle importancia porque cada uno de nosotros haría una alineación diferente. En Catar hay que apoyar a Luis Enrique desde el principio lleve a los que lleve. —Usted en la selección coincidió con Xavi. ¿Cómo le ve a él y a su Barça? —Es pronto para analizarlo. Como jugador nadie va a dudar de su trayectoria pero no es lo mismo ser jugador que entrenador. —¿Mantienen el contacto? —Si, con él y con todos los que jugamos el Mundial de Sudáfrica. Tenemos un grupo de watsap y estamos al corriente de muchas cosas. —Usted ha estado con Pellegrini, Irureta, Caparrós, Rainieri… ¿Esto del estilo y del ADN es cierto o es una camama? —Cada entrenador tendrá su idea o su modelo. Luego, que lo puedas transmitir dependiendo de los jugadores que tengas, es otra cosa… Por ejemplo, el Pellegrini del Betis me recuerda mucho al Pellegrini del Villareal, con ese fútbol atractivo y de ataque. Al final se trata de coincidir en un equipo que te deje transmitir tus ideas. Él ha acertado al ir al Betis con esa clase de jugadores tan talentosos. —¿El Capdevila futbolista tendría cabida en este Barcelona? —No sé si tendría cabida en algún equipo ahora (risas). Yo creo que no. Mi nivel no creo que fuera para Barça o Madrid. Así de claro se lo digo pero estoy muy contento de haber jugado en los equipos que he estado, alcanzando cosas importantes. —La Eurocopa, el Mundial. El Centenariazo… Ha estado en muchos momentos importantes… —He tenido la suerte que he estado en plantillas muy buenas y los jugadores que han estado a mi lado me han hecho bueno a mí. Estoy muy agradecido. Siendo inteligente y bien rodeado es mucho más fácil. —¿Es difícil tener una buena relación institucional con el Barcelona? —No, no tiene porqué. Ahora las relaciones son muy cordiales. La rivalidad no implica tener mala relación. —Pero las palabras de Piqué asegurando que su patrimonio era el mismo que el del Espanyol tampoco ayuda… —Pero nosotros estamos al margen de eso. Los futbolistas son los protagonistas pero el club actúa como debe hacerlo y el Espanyol mantiene muy buena relación con el resto de clubes de Primera y segunda división. —¿Es difícil ser del Espanyol en Catalunya? —No es difícil, es bonito. Ser del Espanyol es un sentimiento y no estás pendiente de si las instituciones te apoyan, te ayudan más o no. Es cierto que tenemos enfrente a un gigante que lo absorbe todo pero nosotros vamos a lo nuestro. No tenemos facilidades pero estamos muy orgullosos de ser del Espanyol. —¿Por qué cada vez que el Espanyol hace una buena temporada hay un éxodo o expolio de jugadores? —También hay que ver la situación y necesidades del club. Cundo yo me marché, igual el Espanyol necesitaba ese dinero por su situación económica. De lo que se trata es cambiar esa dinámica, retener el talento y dar valor a la plantilla que tenemos. El club lo que quiere ahora es tener nivel competitivo en la plantilla. —La llegada de Chen Yansheng aporta ese equilibrio económico a costa de perder cierta identidad. ¿Vale la pena? —Por suerte ahora el club está saneado, está muy bien. No solo se ha trabajado en la plantilla sino en la Ciudad Deportiva. Estos últimos cinco años se ha sentado la base para que en un futuro se vean los frutos. Se ha trabajado de forma poco visible pero el club ahora está bien estructurado. En un futuro podemos conseguir un equipo competitivo en Europa pero eso no se consigue de un día para otro. —¿Los éxitos y los fracasos se viven diferente desde los despachos? —Todo duele pero el descenso con el Atlético de Madrid me afectó mucho porque era protagonista sobre el campo y al final tienes más sentimiento de culpabilidad y lo arrastras. El descenso del Espanyol a Segunda también te duele y más si es tu equipo. Al final es un descenso y todos, en mayor o menor medida, somos responsables. —Usted ha tenido presidentes como Lendoiro o Jesús Gil. Ahora hay empresarios como Yansheng ¿Cómo ha cambiado el fútbol en estos años? —Mucho. En todo. No tiene nada que ver. La llegada del VAR también lo ha cambiado todo. Yo creo que ha cambiado la sociedad y el estilo de vida, y cuando cambia esto afecta también al fútbol y al deporte. El fútbol evoluciona junto a la sociedad. Antes era todo más familiar y ahora se ha profesionalizado. —Las canteras de Espanyol y de Barcelona son un referente. ¿Cómo se prepara a los chavales mentalmente para un éxito que suele llegar muy rápido? —Todo va muy rápido. En mi caso yo no tuve tiempo ni se asumir dónde estaba. En una semana pasé dejugar en Segunda B a San Mamés y luego marqué el primer gol ante el Zaragoza. En quince días me pasaron tantas cosas tan rápido... Al final me dejaba llevar porque no tenía tiempo para poder pensar. Y de repente han pasado quince años y te retiras. No te das ni cuenta. Hay que aprovechar cada entrenamiento, cada concentración y cada partido porque cuando se acaba se echa mucho de menos. —Cada vez es más habitual cómo la presión hace mella en los deportistas. Está el reciente ejemplo de Irene López, futbolista del Madrid o la gimnasta Simone Biles en Tokio… —Ahora la presión es mucho mayor. Nosotros, antiguamente, no teníamos redes sociales. Creo que hacen mucho daño. Ese ruido que se escucha ahora no lo teníamos. Para nosotros, la referencia era lo que salía publicado en los periódicos, era la única información que teníamos. Ahora desde el móvil tienes acceso a todo y las redes sociales no ayuda en nada a los deportistas. Hacen mucho daño. Cuando hay una persecución afecta a tu rendimiento. —¿Tan peligrosas son las redes sociales? —Las críticas invisibles afectan al deportista. Soy partidario de que los deportistas dejaran de lado las redes sociales. Es un ataque contante gratuito que no ayuda y afecta mentalmente. Si uno cada día te está insultando y repitiendo que no sabes centrar, a lo mejor el día del partido en lugar de centrar la pasas atrás y ya te está afectando en el rendimiento. —¿Y en el Espanyol hacen algo al respecto con los chicos jóvenes? —Tenemos charlas con especialistas que vienen al club y les explican los riesgos que comporta. —Después de un meritorio ascenso se cuestiona la figura del entrenador por una mala racha ¿Le gente no tiene memoria en el fútbol? —El fútbol es presente y nada más. Lo que quiere la gente es ganar el domingo y si ese domingo ganas, lo que quieren es ganar al siguiente domingo. Se vive el presente.
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