viernes, 25 de febrero de 2022

Vox evita atacar al PP por el presunto espionaje y acusa a la izquierda de «triturar familias»

Si de algo sirvió el pleno extraordinario convocado ayer por el presunto caso de espionaje a Isabel Díaz Ayuso fue para recolocar el tablero del juego de tronos del Palacio de Cibeles. Las explicaciones de la trama urdida supuestamente en el seno de la Empresa Municipal de Vivienda y Suelo (EMVS) del Ayuntamiento madrileño quedaron relegadas a un segundo plano. Las alianzas y afinidades entre el equipo de gobierno y los grupos municipales se recolocaron. En apenas una hora, Vox se puso de perfil y el Grupo Mixto rompió su idilio con José Luis Martínez-Almeida. Durante los siete minutos de comparecencia del edil de Vox Pedro Fernández no hubo mención alguna al escándalo que ha provocado un terremoto político en el PP. «Sabemos que la izquierda es habitual que esté dedicada a triturar personas y familias», espetó el concejal, el único que usó su turno de palabra para abordar temas ajenos al único punto de la convocatoria extraordinaria. Todos los grupos municipales aprobaron en el pleno del pasado martes tratar el asunto en una sesión urgente, salvo Vox. Y Almeida recogió el guante: «Por cierto, señor Fernández, estoy absolutamente de acuerdo con usted, la especialidad de la izquierda es triturar al adversario». Cruce de ataques La buena sintonía del alcalde con su socio preferente ha cambiado el rumbo de los últimos meses, en los que el Gobierno bicéfalo de PP y Ciudadanos ha tenido que negociar sus medidas con los concejales carmenistas ante la puerta cerrada de Vox. Pero ayer se tapió otra. «El señor Almeida es cobarde y ha mentido», criticó la edil del Grupo Mixto Marta Higueras, «ha traicionado la poca confianza que teníamos en usted». Así se rompió la efímera alianza entre el equipo de Almeida y los díscolos de Más Madrid que ha permitido sacar adelante ordenanzas y, sobre todo, presupuestos. «Mintió, no dijo que había llamadas hasta que los medios lo desvelaron», acusó Higueras, en referencia a las conversaciones que mantuvieron con el detective privado que presuntamente habrían contactado desde la EMVS para investigar a Ayuso y los contratos de su hermano, en los que cobró, al menos, una comisión de 55.850 euros. «Ha manchado el buen nombre de este ayuntamiento y de la EMVS», zanjó la concejal, que recordó las «luchas de poder» del PP de Madrid, una de sus «señas de identidad», desde la «gestapillo» de la expresidenta regional Esperanza Aguirre, hasta las famosas cremas de su homóloga Cristina Cifuentes. Higueras terminó con un dardo a Ciudadanos: «A pesar de estar en el gobierno, no se han dado cuenta. Ya les mancha el lodo del PP». Almeida no ha hecho más que ahondar esa ruptura: «A lo largo de su carrera política se ha especializado en utilizar dinero público para incriminar a sus adversarios», atacó el alcalde a Higueras. También rescató su pasado: «Higueras y [la portavoz de Más Madrid, Rita] Maestre formaban parte de un gobierno que no aceptó ninguna comisión de investigación», bajo el anterior mandato de Manuela Carmena. La cruzada contra la izquierda ha superado el intento de esclarecer la cadena de presuntos implicados que ocultaron el espionaje del considerado como el mejor activo político del PP. Tanto el PSOE como Más Madrid describieron el escándalo como una «enorme crisis institucional»; «la mayor» hasta la fecha, en palabras de la portavoz socialista, Mar Espinar. Maestre, por su parte, bautizó la estrategia del PP como la «operación salvar al soldado Almeida». «Han intentado diseñar una versión digerible en la que [el ex secretario general del PP] Teodoro García Egea da la orden y [la ex mano derecha del alcalde] Ángel Carromero ejecuta. Si es cierto que no se enteró de nada, tiene una enorme responsabilidad de 'in vigilando'», sostuvo Maestre. En la segunda intervención de Almeida tampoco hubo más explicaciones. Solo una respuesta: «No, no he hablado con Rafael Catalá», afirmó sobre el exministro de Mariano Rajoy que habría avisado al alcalde del espionaje en sus propias filas. «Mi compromiso con la transparencia y la rendición de cuentas es absoluto. Voy a comparecer todas las veces que haga falta», dijo, y después contestó sin censura. Tras reprobar a Higueras, incidió en la herida que arrastra Maestre desde el pasado marzo, cuando los concejales carmenistas abandonaron su partido y forjaron su propia marca, Recupera Madrid. «Quien habla de escisiones en otros partidos es quien ha dinamitado su propio partido», apostilló el alcalde, «es la maestra de la deslealtad y la fractura».

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