«Desde que contraje el coronavirus, mi vida es como una montaña rusa», afirma Estefanía Callejas, presidenta de la Asociación de Covid Persistente en Castilla-La Mancha. Esta albaceteña de 43 años, auxiliar de enfermería en una residencia de personas mayores, se infectó al principio de la pandemia, a finales de marzo de 2020, cuando empezó con un dolor fuerte en el pecho y en la cabeza. «Mi médico me decía: ‘Eso es ansiedad debido al estrés causado por la situación sanitaria’». Al principio ella dio por bueno ese diagnóstico, hasta que una noche se despertó y no podía respirar. Acudió a urgencias y allí vieron que tenía neumonía, pero, al no haber camas disponibles por el colapso debido al coronavirus, le pusieron una medicación y tuvo que regresar a su casa. Pasados unos días, comenzó a notar como que el pecho le ardía y, al volver de nuevo a urgencias, descubrieron que tenía también pericarditis; es decir, es la inflamación de una doble membrana que rodea el corazón llamada pericardio. Después de eso, vinieron la caída de pelo, los problemas en la piel y las neuralgias, con fatigas y dolores agudos en el sistema nervioso, debido a los cuales se le caían las cosas de las manos y se agotaba con facilidad. «Alguna medicación palia un poco cada uno de los síntomas y afortunadamente, después de dos años esperando, he podido tener rehabilitación, que también ayuda mucho», cuenta a ABC Estefanía Callejas, que estuvo 18 meses sin trabajar por una incapacidad temporal. Ahora ha tenido que volver a su puesto y reconoce que sus jornadas laborales son «agotadoras». «Llego a casa con un cansancio extremo, con la energía justa para terminar de pasar el día -se lamenta-, aunque te tienes que resetear para poder hacerte cargo de los niños». «Es muy frustrante porque no sabes lo que te está pasando. Unas veces tienes dolencias en un lado y otras en otro, y no sabes a dónde acudir», explica. Algunas veces afecta a la piel y necesitas ser atendido en dermatología, otras en aparato digestivo, cardiología, neumología y demás especialidades. En su caso concreto, le han tratado en neumología y cardiología, pero sus síntomas no se ven en ninguna prueba, puesto que todas las radiografías y ecografías que le han hecho salen perfectas. Sin embargo, dice que muchas veces nota como si le fuera a dar un infarto o tiene disnea, es decir, dificultades para respirar. Para intentar ayudar a todos los enfermos de este tipo, en septiembre de 2021 se constituyó la Asociación de Covid Persistente de Castilla-La Mancha. Aglutina de momento a unas 150 asociados que, como Estefanía -la presidenta-, sufren patologías parecidas. Para recabar nuevos casos y apoyos tienen un correo electrónico: covidpersistentecastillalm@gmail.com. Dentro de este colectivo se incluye a personas que salieron de las unidades de cuidados intensivos (UCI) de los hospitales con varias afectaciones, desde dolores musculares a problemas en el habla, por lo que muchos precisan de logopedia también o rehabilitación de todo tipo, tanto respiratoria como física. Llevan pidiendo desde un tiempo, incluso antes de su constitución, unidades médicas específicas en las que se los atienda. «El coronavirus persistente precisa de un abordaje multidisciplinar al tener una gran cantidad de síntomas. Es complicado para el sistema sanitario tratar nuestros casos», señala la presidenta de la asociación. El 6 de octubre de 2021 el presidente de Castilla-La Mancha, Emiliano García-Page, anunció que se iba a crear una unidad para Covid persistente en la comunidad autónoma, «de la cual no hemos sabido nada hasta ahora», se queja Estefanía. El pasado lunes, por insistir y reclamar en varias reuniones, los representantes de la asociación tuvieron un encuentro con la dirección del Sescam. Fue cuando se enteraron de la decisión que habían tomado un día antes de que el jefe del Ejecutivo autonómico hiciera el anuncio: el 1 de marzo se iban a crear consultas de Covid persistente en todos los hospitales de la región. Vigilancia sostenida en el tiempo García-Page avanzó el martes que todas las áreas sanitarias de la región «van a contar con un departamento específico de atención postcovid en coordinación con la Atención Primaria». Se da este paso ante la previsión de que «miles de personas en España» experimenten alguna de las «consecuencias indirectas» propias de esta patología. El Sescam extenderá este tipo de consultas a fin de que «todos los pacientes postcovid tengan una vigilancia sostenida en el tiempo», señaló el presidente, que cree que «la mejor manera de superar el coronavirus es estar trabajando ya en el postcovid». La presidenta de la asociación asegura que ya hay algunas consultas de este tipo funcionando casi desde el principio para atender pacientes de coronavirus en algunos casos, como en Albacete, por lo que espera que ahora atienda también a enfermos de Covid persistente. En su opinión, «la teoría es buena, pero veremos la práctica. Nosotros estamos entusiasmados por que quieran tomar medidas, pero si van a ser unas simples consultas de medicina interna, como las que nos han estado tratando hasta ahora, no creo que tengan mucha salida. Si las utilizan para reforzar el sistema de atención y centrarse en la especificidad que supone la Covid persistente como una especialidad médica más, se acercarán al perfil que necesitamos los enfermos de esta patología».De España https://ift.tt/iROPmbr
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