En cuanto el árbitro pitó el final del encuentro se dejó caer, desolado, sobre el terreno de juego. Ferran Torres acababa de fallar las dos ocasiones más claras del encuentro en los instantes finales y se sentía culpable de un empate con sabor a insuficiente. Sus lágrimas se desbordaron intentando arrastrar la frustración que desfiguraba su rostro y ni el hecho de ser el autor del gol del Barcelona, de penalti, consolaba al atacante. Ferran era consciente de haber desaprovechado la oportunidad de meterse al Camp Nou en el bolsillo y justificar los 55 millones que le ha costado al Barcelona. Gerard Piqué radiografiaba el duelo ante el Nápoles. «La sensación es que podíamos haber marcado cuatro o cinco goles. Buenas sensaciones por el juego, no por el resultado. Cuando empiecen a entrar, entrarán todas. Lo peor es el resultado, nos habría gustado tener mayor renta», explicó el central. Ferran era perfectamente consciente de ello. Había tenido cuatro ocasiones claras para poder sentenciar una eliminatoria que se decidirá en Nápoles. A pesar de sus errores (cinco de los seis disparos que realizó acabaron fuera), el cuerpo técnico mantiene intacta la confianza el delantero. Fue la gran apuesta de Xavi Hernández durante el mercado invernal y es un fijo en el once desde que pudo ser inscrito. Debutó ante el Madrid en la Supercopa y disputó la primera parte. Desde entonces no se ha perdido ni un minuto de los cinco partidos siguientes, aunque antes del encuentro ante el Nápoles se especuló con la posibilidad de que pudiera entrar en las rotaciones. Las reacciones posteriores al partido fueron de apoyo hacia Ferran. Le arropó el vestuario, el entorno y la grada, que respondió con aplausos a sus errores. «Tiene solo 21 años y si ha fallado es porque ha sabido encontrar el espacio para estar en el lugar adecuado. Su futuro es ilusionante», coincidían varios aficionados y analistas en las posteriores tertulias radiofónicas. Xavi Hernández se encargó de cerrar el debate, si es que llegó a iniciarse. El técnico le elogió en la sala de prensa. «Ahora estábamos haciendo una comparación en el vestuario. A Luis Suárez le pasó, que parecía que no tenía gol. La camiseta del Barça pesa unos kilitos más. Pero yo estoy encantando de tenerle en el equipo y dará muchas alegrías. Si está en el área es porque marcará. Ha tenido gol toda su vida y lo tendrá. En los entrenamientos es de los que más marca. Tiene nuestra confianza absoluta. Ya tiene que cambiar el chip. No le va a afectar. De esto me encargo yo. Es muy fuerte, autoexigente...», destacaba el entrenador. Confianza máxima Jordi Cruyff se unía al análisis tratando de quitarle presión al delantero: «Sabe que las ha tenido y sólo las tiene el que está. Es buen síntoma. Significa que está en forma y donde el equipo necesita que está. Es cuestión de tiempo. Seguro que marcará, estaremos encantados y será el héroe del partido. Es parte de la juventud y las ganas. Lo más importante es que está donde tiene que estar, dentro del área». Ferran tendrá mañana una nueva oportunidad en su regreso a Mestalla. «Esto no acaba aquí. El esfuerzo siempre termina dando resultados», se animaba ayer el delantero colgando este mensaje en las redes sociales y trasladando la sensación de que se había rehecho anímicamente de la decepción sufrida.De Deportes https://ift.tt/EsJY3gO
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