viernes, 18 de febrero de 2022

«Valieva dio positivo y eso es definitivo, debieron sancionarla»

Sobre la pista del Palacio de Hielo de Madrid, solo unos minutos antes de que un numeroso grupo de chavales la invada con estruendo, Javier Fernández intenta dar su primera clase de patinaje a Regino Hernández. Los dos amigos, los dos medallistas olímpicos en PyeongChang 2018, se reunieron ayer en la capital con un doble motivo. El primero, conmemorar el cuarto aniversario de la medalla de plata del madrileño, la primera y única que ha conseguido España sobre el hielo. Las otras cuatro, las de Paco y Blanca Fernández Ochoa, Queralt Castellet y el propio Regino, que la logró solo unos días después que Javi, se conquistaron en la nieve. La segunda razón para verse fue la presentación oficial de 'Revolution on ice', el espectáculo con el que Fernández sigue atado a su deporte, que regresa a Madrid el 19 de marzo en el Palacio de Vistalegre tras verse interrumpido por culpa de la pandemia. Ese proyecto, dice el patinador, es como un niño pequeño al que quiere seguir ver creciendo, y también la principal causa de que su vida actual sea incluso más ajetreada que cuando solo entrenaba y competía. Al encuentro acudieron también el piloto de skeleton Ander Mirambell, recién llegado de Pekín, y la patinadora Sara Hurtado, siete veces campeona de España, que fue la maestra de ceremonias de un acto al que se sumó Alejandro Blanco, presidente del Comité Olímpico Español. Tanto Fernández como Hurtado han actuado de comentaristas en los recientes Juegos de Pekín, lo que les ha permitido vivir y sentir muy de cerca lo ocurrido con Kamila Valieva , la niña prodigio del patinaje ruso a la que se permitió seguir compitiendo pese a haber dado positivo en un control antidopaje a finales de diciembre. El caso ha acaparado la información de los Juegos, en especial por los motivos esgrimidos por el Tribunal de Arbitraje Deportivo (TAS) para permitir su continuidad: ser menor de 16 años, y por tanto persona protegida, y evitarle un daño irreparable a la atleta. «No se puede pasar por alto algo así», esgrime con contundencia Javier Fernández. «El mensaje que mandan es que ya no estamos jugando todos al mismo juego. ¿Qué ocurre si a otra persona le pasa lo mismo el día de mañana? ¿Le van a dejar competir o no? No puede influir que tenga quince años. No se han respetado los valores del deporte que yo defiendo. Si estás en un examen y te pillan copiando te suspenden, no te dan otra hoja en blanco para que lo vuelvas a hacer. Le tendrían que haber prohibido competir». Asegura Fernández que en su vida como deportista no se había enfrentado a un asunto ni siquiera parecido: «Insisto mucho en que Valieva no tiene la culpa, solo tiene 15 años. Y tampoco sabemos qué ha podido pasar, si lo que dice es verdad o no. Pero lo que sí sé es que ha dado positivo en un control antidopaje, y eso es definitivo. Debería estar sancionada». Evitar riesgos El mundo del patinaje vive con tristeza el caso Valieva. Preocupa el daño que pueda causar en su deporte, pero también las consecuencias que pueda tener sobre una adolescente cuya fragilidad ha quedado patente durante los Juegos. «No se quería hacer daño a la niña y creo que han conseguido justo el efecto contrario, no había más que ver su ejercicio individual para saber lo que está sufriendo», asegura Sara Hurtado, que al igual que Javier Fernández sabe de primera mano lo cuidadosos que son todos los deportistas para evitar riesgos con el dopaje: «Cuando formas parte de un equipo ruso te asignan un médico y un fisio que están a tu total servicio y en los que confías ciegamente hasta para curarte un catarro. He visto el nivel al que llevan el cuidado del deportista, por eso sé que Valieva no debería ni siquiera haber estado cerca de cualquier sustancia dopante». «Una botella de agua, una vez abierta, va a la basura si la pierdes de vista», corrobora Fernández. «Yo nunca la soltaba de la mano». Valieva, primera mujer en lograr un salto cuádruple en unos Juegos, cambió en horas la gloria por el señalamiento público. Su calvario continuará ahora en su país con un largo proceso judicial para conocer su sanción definitiva. «Necesitas mucho más que una sustancia dopante en tu cuerpo para hacer ese tipo de cosas, pero ya no se le va a valorar. Da mucha tristeza».

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