miércoles, 23 de febrero de 2022

Los barones del PP cierran filas con Feijóo como líder de unidad

Alberto Núñez Feijóo llegó a las siete y cuarto de la tarde a Génova para hablar a solas con Pablo Casado, antes de la reunión con todos los líderes regionales del partido. «Vengo a la reunión que ha convocado el presidente de mi partido», explicó el presidente de la Xunta de Galicia. Feijóo y Casado estuvieron reunidos durante una hora y media en la planta séptima de Génova, en lo que se interpretó ya como el primer paso para el relevo en la presidencia del PP. Ahí pactaron, de forma previa a la reunión con el resto de presidentes regionales, los pasos que dará Casado desde ese mismo momento y las decisiones que se tomarán en la Junta Directiva Nacional del PP. Al cierre de esta edición, la reunión en la sede del PP en Madrid continuaba sin que se hubiese anunciado la solución que tendría que poner fin a la deriva del partido desde que la semana pasada la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, denunciara que la dirección ‘popular’, encabezada por Pablo Casado y su secretario general, Teodoro García Egea, había permitido que se espiase a su familia. Génova lo negó, y sacó a relucir los contratos que su hermano había pactado con una empresa para vender material sanitario al Gobierno madrileño, con insinuaciones de supuesta corrupción. La dimisión de Teodoro García Egea como secretario general, el día anterior, había bajado algo la presión de los barones, aunque algunos de ellos seguían manteniendo que Casado tenía que apartarse esa misma noche. «Hace falta una solución rápida, desde la unidad y consenso», advirtió el presidente de la Región de Murcia, hasta ahora de la máxima confianza de García Egea y de Casado. «Y la solución es Feijóo», sentenció. En realidad, ese fue el punto común de todos los presidentes antes de entrar a la reunión con Casado. Todos cerraron filas con un mensaje de unidad para que Feijóo sea el nuevo líder del Partido Popular. El presidente del partido en el País Vasco, Carlos Iturgaiz, se lo había dicho en persona: «Debe dar el paso». También Juanma Moreno, presidente de la Junta de Andalucía, señaló que la solución pasa por Feijóo, como referente del partido a partir de ahora. Respecto al futuro inmediato de Casado, algunos barones admitieron que debía dejarse «espacio» al presidente saliente, y pidieron que se le tratara con «humanidad». Sin embargo, en cuanto empezó la ‘cumbre’ de líderes regionales con Casado, esta en la segunda planta de Génova, pronto se vio que la mayoría eran partidarios de que anunciara su renuncia esa misma noche. Casado dio la palabra a todos los presidentes regionales, para que, uno a uno, le dijera con claridad su visión sobre la situación que atravesaba el partido y su punto de vista respecto a lo que debía hacerse desde ese momento. El goteo de peticiones de dimisión inmediata fue incesante. De todas formas, la opinión que más peso tenía, la de Alberto Núñez Feijóo, se dejó para el final. Tanto Feijóo como Casado, que ya habían acordado lo que debía hacerse, escucharon y tomaron nota de todos los comentarios. Los estatutos En la sede de la calle Génova de Madrid estaban anoche abiertas todas las posibilidades ante una posible dimisión inmediata de Pablo Casado como presidente nacional del PP. En caso de que renunciara, Alberto Núñez Feijóo podría ser elegido como nuevo presidente en cuestión de días, según prevén los estatutos del partido. Es una opción que está abierta y nadie descartaba por completo, aunque hay muchos escenarios posibles, y en principio Feijóo prefería la legitimidad que concede un congreso. Fuentes próximas al presidente de la Xunta de Galicia quisieron subrayar que el nuevo presidente del partido se elegirá en un congreso y no prevén ninguna otra opción. El respeto a los afiliados y a su capacidad de elegir es total, por lo que no se plantean acudir a ninguna otra opción o vía rápida para la elección del nuevo liderazgo. «El respeto a los militantes es total y absoluto», subrayaron esas fuentes, que dejaron claro que de la reunión de anoche no podría salir en ningún caso un nuevo presidente nacional. En todo caso, los estatutos del PP establecen que cuando dimite un presidente nacional, el Comité Ejecutivo Nacional, del que forman p arte la ejecutiva y todos los presidentes autonómicos, tendría que elegir un nuevo presidente entre sus miembros. Entre ellos está Feijóo. Una vez elegido por el Comité Ejecutivo Nacional, tendría que elevarse la decisión a la Junta Directiva Nacional para su ratificación. Por tanto, bastaría con convocar el Comité Ejecutivo Nacional. El obstáculo sería la conferencia de presidentes, que reúne a los líderes territoriales entre el jueves y el viernes en La Palma. Pero sería cuestión de días y la Junta Directiva ya está convocada para el martes. Bastaría con cambiar el orden del día, para introducir la ratificación de la elección del nuevo presidente, y eliminar, en su caso, la convocatoria del congreso. El congreso En esa hipótesis, que es una de las que se plantearon los populares, Feijóo sería presidente con todas las funciones. Eso sí, se tendría que celebrar el congreso ordinario en julio, como estaba previsto. Y ahí tendría que someterse a las primarias y al voto de militantes y compromisarios. Aun así, muchos populares creían todavía ayer que una opción probable es que los barones permitan a Casado continuar como presidente hasta la Junta Directiva del martes, para despedirse con un discurso, como el de ayer en el Congreso. Ese mismo día, si dimite después, podría convocarse el Comité Ejecutivo Nacional para llevar a cabo el relevo. Mientras tanto, en las filas populares fue muy comentada ayer la entrevista que Teodoro García Egea había ofrecido a la Sexta la noche anterior, y que muchos vieron especialmente desconcertante. De hecho, la confirmación ‘oficial’ de su dimisión como secretario general se produjo en ese canal de televisión. «Ha ido a la Sexta a dimitir», comentó estupefacto un dirigente del Partido Popular. Extrañó de forma especial que García Egea dejara la puerta a que en un eventual congreso extraordinario pudieran presentarse más de una candidatura. De hecho, aseguró que había un 75 por ciento de posibilidades de que así se produjera. Fuentes populares consideraron que García Egea, una persona a la que todos consideran muy inteligente, nunca da puntadas sin hilo ni dice las cosas sin algún objetivo concreto. Algunas fuentes creen que el que ha sido secretario general del PP desde el verano de 2018 podría intentar tener influencia ante el proceso congresual que se va a abrir entre los populares. En cualquier caso, los llamamientos a la unidad están siendo insistentes desde todos los sectores del partido. Unidad Ayer, los barones, según fueron llegando a la sede nacional del Partido Popular, hicieron llamamientos a la unidad y al consenso, como base para afrontar un proceso congresual. Por eso, nadie quiere oír hablar de la posibilidad de que hubiera varias candidaturas. Y a estas alturas esa otra hipótesis de que Casado pudiera plantear batalla, que se llegó a plantear en algún momento, ha dejado de tener sentido. Fuentes populares sí confirmaron que el martes, hasta el último momento, justo antes de dimitir, García Egea sí que intentó mantenerse férreo para dar la batalla en la Junta Directiva Nacional. Buscó desesperadamente el apoyo de un tercio de sus miembros, para frenar la convocatoria de un congreso, que debe votarse en ese órgano interno del Partido Popular. Fue en ese momento cuando se redobló la revuelta interna en el partido.

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