sábado, 26 de febrero de 2022

Vivir, morir, aprender

A Francisco Giner de los Ríos no le gustaban los libros de texto ni las lecciones de memoria porque «petrificaban» el espíritu. Por su amor a la libertad detestaba cualquier atisbo de propaganda. En la España caciquil de la Restauración, los estatutos de la Institución Libre de Enseñanza establecían su carácter absolutamente ajeno a toda confesión religiosa, escuela filosófica o partido político. Un ideario pedagógico de educación integral en cuya cúspide se situaban la inviolabilidad de la ciencia y la conciencia del profesor. En aquella apuesta de humanismo y vanguardia, había otros elementos rabiosamente rompedores como la defensa de la tolerancia. Nada de sembrar división ni cizaña. También sorprendían las frecuentes excursiones y el desarrollo de las clases al aire... Ver Más

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