Vinicius hace falta. Vinicius se nota. Sin Vinicius el Real Madrid no tiene profundidad, ni peligro, ni velocidad, ni garra en ataque. El líder falló estrepitosamente en Getafe sin el brasileño, venció al Alcoyano sin él con más oficio que fútbol y ahora recupera a su estrella para medirse al equipo más duro de la Liga, el Valencia, el más amonestado del campeonato y el que más faltas comete, 310, casi cien más que las señaladas al Real Madrid, que es el cuadro menos tarjeteado del torneo. A Bordalás le molesta que se digan estas cosas, pero es la verdad. Ancelotti estudia los datos desde hace tres días y hoy tendrá que superar esa estrategia destructiva con fútbol más rápido desde el centro del campo y pases al pie dentro del área. Lo ha analizado con sus pupilos en vídeos para atacar la asignatura pendiente del conjunto blanco, abrir los cerrojos en el Bernabéu. Vinicius ha sido fundamental para romper esas murallas. Ha anotado doce goles y ha dado siete en los veinticinco partidos disputados, unas cifras solo superadas por el ejemplo de profesional a seguir, Benzema. El joven brasileño ha marcado doce goles y ha dado siete en 25 partidos, triplicando sus cifras de las campañas anteriores en el Real Madrid Ancelotti suena raro cuando habla de Vinicius. Es una táctica de futuro. No lanza margaritas blancas de elogios, porque no quiere que se lo crea, que se aburguese, que se duerma en los laureles de sus doce tantos firmados en cinco meses, más de los rubricados en tres años. El italiano espeta que, de momento, Vini Jr. ha hecho buenas cosas: «Hasta hoy ha realizado una gran temporada». Escatima la alabanza para que continúe con su entrega. Le advierte, sin decirlo que el día que no rinda así vendrán Hazard y Asensio a quitarle el puesto. Es duro con él. Es hasta injusto en su rudeza. Todo con el reto de un fin superior, hacer del brasileño una estrella y que no se estanque en la juventud. La dureza que demuestra con el chaval no la ejerce con otros futbolistas. Suena impostado, con el objetivo de conseguir que siga evolucionando y nunca se detenga en su buen rendimiento. Evitar un caso Robinho, que también lo tenía todo, es la meta. Vini Jr. no es Robinho, tiene una mentalidad mucho más luchadora, europea, combativa. Se la inculcan en el Real Madrid. Hacerle jugar con el arte brasileño y la garra europea es la táctica del cuerpo técnico para alimentar su progresión sin desmayo.
De Deportes https://ift.tt/3t7ZGVh
0 comentarios:
Publicar un comentario