jueves, 6 de enero de 2022

Ancelotti tira de mano izquierda

Dirigir a un equipo como el Real Madrid no es tarea sencilla para un entrenador que trabaja con veinticinco futbolistas de la primera plantilla que serían titulares en la abrumadora mayoría de los clubes de España y solo once pueden serlo en el conjunto blanco. Ancelotti, como Zidane y Mourinho en sus diferentes etapas, debe gestionar un grupo de egos, de jugadores generalmente internacionales que sin embargo no tienen asegurado el puesto con el técnico italiano, como no lo tuvieron con el francés y el portugués. Al revés, la mitad del plantel sabe que serán suplentes y deberán ganarse el sitio en dura competencia. Es una faena complicada, con enfados de quienes no juegan. Dice Carlo que es lógico que un profesional se enoje y es lo que espera cuando no tiene minutos, pero no es agradable vivirlo cara a cara con los afectados. Los últimos capítulos de esta difícil dirección los han protagonizado Isco y Dani Ceballos. El malagueño se negó a continuar calentando en el Nuevo Los Cármenes, en noviembre, cuando veía que su entrada al campo se retrasaba. Después estuvo varias semanas sentado, un posible castigo interno a su comportamiento. Ayer fue el utrerano Ceballos quien mostró su decepción con aspavientos al comprobar que su salto al césped se demoraba hasta quedar cinco minutos de partido en Alcoy. El entrenador madridista le dio explicaciones en la banda. Ceballos e Isco están en el mercado de invierno y en todo caso no continuarán en el Real Madrid en julio, al igual que Bale y Marcelo; el galés también ha tenido feos gestos con Zidane. El brasileño, capitán, da ejemplo a los canteranos con su buen comportamiento en una situación difícil Son, ambos, casos de indisciplina que Ancelotti ataca en la cocina, donde se lavan los trapos sucios, sin exposiciones públicas que generan polémica y un ambiente crispado que perjudica al Real Madrid. La experiencia es un grado y en estas lides el italiano se mueve con mano izquierda, aunque le gustaría sacar la derecha. Los entrenadores del Real Madrid dicen que lo más duro de su trabajo es sentar a siete futbolistas en el banquillo y dejar a otros siete en casa, sin ir concentrados. Las lesiones, las sanciones y ahora el coronavirus han solventado muchas veces las convocatorias, pero en situaciones normales cuesta mucho decir a varios hombres que ni siquiera viajan. Isco y Ceballos sufren en sus carnes una situación muy difícil, que desvela que no cuentan para Ancelotti. Saben que no continuarán en el Real Madrid en julio, lo mismo que sucederá con Bale y Marcelo. El brasileño, capitán, se muerde los dientes y no demuestra su molestia por no jugar habitualmente. Lo hizo en Getafe y en Alcoy, con la disciplina por bandera, porque como capitán quiere ser un ejemplo para la cantera. Lo es. Bale, Isco y Ceballos sí han mostrado su enfado en diversas ocasiones. Bale lo hizo de manera desagradable ante Zidane y Pintus en la eliminatoria frente al PSG de hace cuatro años, cuando se negó a calentar y luego saltó al campo sin hacerles caso. Lo repitió el año pasado en el estadio Alfredo Di Stéfano, al taparse la cara y hacerse el dormido en la grada en pleno partido. Isco ya se enfrentó a Solari en Éibar hace dos años. Esta temporada explotó en Granada al negarse a seguir calentado. Ayer fue Ceballos quien expresó su contrariedad al ver que solo le daban unos minutos. No jugaba desde el 22 de julio, cuando le rompieron el tobillo en los Juegos de Tokyo. Sumaba 983 días sin competir en el Real Madrid. Los dos, Ceballos Isco, están en el mercado de invierno. De momento no desean marcharse. Pues pasarán cinco meses en el mismo ostracismo.

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