Relato y realidad

El discurso del presidente de la Generalitat en la clausura de la Universitat Catalana d’Estiu marca el inicio del curso político en Catalunya. El año pasado Quim Torra nos iluminó reconociendo que él no quería gestionar una comunidad autónoma, un hecho que nos ha demostrado en cada minuto de su gestión al frente de la Generalitat. Este verano de pandemia sanitaria y de crisis económica ha reivindicado la independencia como «más necesaria y urgente que nunca». Nos ha vuelto a recordar que él no es hombre de diálogo ni negociación y, siguiendo a pies juntillas las declaraciones de Puigdemont del día anterior, ha afirmado que para ganar la independencia hay que confrontar con las instituciones españolas. Con esta presentación de temporada habría para salir corriendo si no fuera porque intuimos que al personaje principal le quedan pocos capítulos. El elegido para ser el más fiel obediente al residente de Waterloo pasará a la historia por basar su mandato en declaraciones estériles, ahondar en la división del independentismo y por colgar y descolgar pancartas del balcón de la plaza San Jaume. Nos cansa asistir a la enésima disputa interna por el relato entre independentistas. Por mucho debate entre ellos sobre si son mejores las «jugadas maestras», el «pasar pantalla», la «desconexión de España», las «estructuras de Estado», el enésimo referéndum «ahora sí que sí», la «independencia en 18 meses» o ahora la nueva «confrontación inteligente» lo cierto es que la realidad no cambia. Y ahora la crisis sanitaria ha puesto en evidencia las graves consecuencias de la discrepancia entre relato y realidad. Cuánto más aguantará la sociedad la mala gestión de ERC y JxCat? La Generalitat y el Parlament llevan casi una década creando y fomentando la confrontación identitaria entre catalanes y situándose fuera de la ley con terribles consecuencias para todos. El balance a día de hoy es una sociedad dividida, la pérdida de peso de nuestra economía y la incapacidad para asegurar un futuro de progreso para todos. Si su prioridad ahora mismo no es trabajar para buscar un acuerdo entre catalanes para hacer frente a las consecuencias de las dos grandes crisis de estos últimos 10 años, la financiera y ahora la sanitaria, convoquen elecciones ya. Eva Granados es portavoz del PSC en el Parlament

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