domingo, 2 de agosto de 2020

Kyrgios lidera la huida de Nueva York

El tenis, al menos en lo que a competición oficial se refiere, vuelve hoy, 3 de agosto, en Palermo, por fin un torneo después de meses sin raquetas por culpa del dichoso coronavirus. Se paró el planeta y el tenis se quedó atrapado justo antes de la disputa de Indian Wells, uno de los deportes más castigados por las dificultades que implica moverse de punta a punta del mundo y con cientos de jugadores de cualquier nacionalidad. Fueron cayendo los eventos, un efecto dominó devastador, pero se aprobó un calendario para el segundo tramo del curso, sujeto siempre a los cambios inesperados que provoca el impredecible Covid-19. Con todo, vuelve Palermo, una competición femenina sin demasiado caché (Petra Martic, la 15 del mundo, es la raqueta con mejor ranking de las participantes), pero lo realmente importante llega un par de semanas después, pues está programado que se juegue el torneo de Cincinnati (del 20 al 28 de agosto). Eso sí, será en Nueva York para, de este modo, crear una burbuja y disputar inmediatamente después el US Open (del 31 de agosto al 13 de septiembre). El circuito se está preparando desde hace semanas para el regreso, pero hay quien recela muchísimo porque la situación no es la mejor. Desde que estalló la pandemia, Nick Kyrgios, célebre personaje que suele ser noticia en estas páginas por sus bravuconadas, sus faltas de respeto y sus planchazos, alzó la voz y exclamó a los cuatro vientos que no era el momento de pensar en el tenis ni en su vuelta, muy concienciado por todas las consecuencias del virus. Fue durísimo en su momento cuando se organizaron exhibiciones, atacó sin tapujos a varios colegas y ayer, a través de un vídeo, confirmó que no va a estar en la Gran Manzana. «No jugaré este año en el US Open. Me duele en mi corazón no salir allí a competir, pero no voy a participar por la gente, por mi gente australiana, por los cientos de miles que han perdido la vida, por todos vosotros. Esta es mi decisión, guste o no», relató el chico malo del circuito, un discurso en plan rapero y con ese tono suyo tan áspero. Puede parecer irrelevante la renuncia del 40 del mundo, pero en realidad da voz a muchos otros que tienen sus dudas, aunque la gran mayoría está por la labor de desempolvar la raqueta. «Es un poco locura jugar ahora el US Open. Preferiría que no se llevase a cabo y que empezásemos el año en Europa», confesó ayer Alexander Zverev. «Quizá no es el momento para volar ahora a América», añadió. Sus reflexiones, sin embargo, no significan que no vaya a jugar en el Grand Slam norteamericano, pero contrastan también con la actitud permisiva y despreocupada que tuvo el alemán con la celebración del Adria Tour, aquella exhibición tan polémica organizada por Novak Djokovic por los países balcánicos en donde no había ningún tipo de medida de seguridad y se saltaron el protocolo de manera pasmosa. Tanto es así que varios jugadores de los participantes, incluido el propio Djokovic, dieron positivo por coronavirus. Dardo a Djokovic Precisamente del serbio se acordó Kyrgios en su carta de renuncia, un pellizco que suena a reprimenda, curioso siendo él quien siempre se lleva el rechazo popular. «Jugadores de tenis: tenéis que actuar pensando en los intereses de cada uno y trabajar juntos. No podéis estar bailando sobre mesas, sacando dinero por Europa, o tratando de ganar pasta organizando una exhibición. Eso es muy egoísta. Pensad en el resto de personas por una vez. De esto va el virus. No le importa tu ranking mundial o cuánto dinero tienes. Actuad responsablemente». Ashleigh Barty, también australiana y la número uno del mundo, ya dijo que no iba a estar en Nueva York, duro golpe al tratarse de la mejor jugadora del momento. Simona Halep, Bianca Andreescu, Angelique Kerber o Elina Svitolina también meditan no jugar en Estados Unidos. «He oído a algunos de los mejores jugadores masculinos decir que no van a jugar. Creo que será lo que pase», añade Murray.

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