sábado, 1 de agosto de 2020

Andrew Gn: «El virus servirá para hacer una pausa y reflexionar»

Niño precoz, creador internacional, artista delicado y enérgico a la vez, viajero culto y empresario polivalente. Andrew Gn aúna en sí mismo decenas de cualidades que le han hecho brillar con luz propia y conquistar a las más elegantes durante sus 25 años de profesión. ¿Cuáles son sus mejores recuerdos de verano? Cuando tenía nueve años, mis padres me llevaron a la India. Por aquel entonces, mi padre trabajaba a menudo entre Mumbai y Nueva Delhi, por lo que esas fueron nuestras primeras paradas. Fue para mí un enorme impacto visual y cultural. El colorido, las especias y el exotismo de la India me cautivaron. En Cachemira, una zona hoy difícil de visitar, nos quedamos en un barco-hotel. Los comerciantes locales nos acercaban maravillosos tejidos bordados y coloridos chales. Creo que mi gusto por el color comenzó entonces. ¿Dónde solía pasar sus vacaciones de verano? Nos quedábamos en Singapur, donde cada verano tenía clases intensivas de mandarín, o bien acudíamos a Bali, a nuestra casa de vacaciones. ¿Cuáles eran sus juegos y comidas favoritos durante el estío? Mi principal ocupación siempre fue soñar despierto, aunque leer en chino algún volumen de la biblioteca de mi padre o esconderme bajo la sombra de un pabellón del jardín eran actividades frecuentes. Solía beber limonada natural y ya de pequeño disfrutaba con la comida picante y sabrosa de Singapur. ¿Cómo fueron sus comienzos en el mundo de la moda? Tras cada uno de sus viajes a través del sudeste asiático, mi padre traía de regalo para mi madre fabulosos batiks de Indonesia, sedas de China o brocados japoneses para elaborar kimonos. Mi madre solía llevar las telas a un sastre local, convirtiéndolas en vestidos y trajes de chaqueta: siempre me sorprendía la conversión de un tejido bidimensional en una belleza de prenda tridimensional. El hecho de que mi madre y mi hermana vistieran a menudo de Chanel, Valentino, Saint Laurent o Jean Muir, me atrajo al mundo de la moda. ¿Cuándo lanzó su propia casa de modas? Tras graduarme en la Domus Academy de Milán comencé a trabajar en París con Emmanuel Ungaro como asistente de diseño. Duré con él unos 8 meses y me di cuenta de que me interesaba trabajar para mí mismo. Mi padre me prestó algo de dinero y creé mi casa en París en 1996. ¿Dónde ha pasado estos meses de confinamiento? Me tomé el confinamiento como las primeras vacaciones laborales que había tenido en mucho tiempo. Podía trabajar con serenidad, contactar con mis equipos a distancia y disfrutar del jardín de mi casa parisina. Este verano me quedaré en Francia: iré al Valle del Loira o a las montañas del Jura. ¿Qué proyectos tiene in mente para este otoño y para el 2021? En lugar de llevar a cabo un desfile físico en octubre, estamos preparando un corto que refleje adecuadamente nuestra colección para el próximo verano. Lanzaré una colección de bolsos al mismo tiempo. ¿Cómo cree que el Covid-19 afectará a la industria de la moda? Nos servirá para hacer una pausa y reflexionar. En el mundo de la moda, el sistema iba demasiado rápido, pisándose las colecciones unas a otras. La prensa especializada y los compradores profesionales recorrían el mundo sin cesar y el cliente final se probaba la ropa de invierno recién llegada en julio.

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