Tras más de dos meses de trabajos, la Comisión para la Reconstrucción Social y Económica sigue sin hacer honor a su nombre. El miércoles se confirmó que los dos grandes partidos, PSOE y PP, no llegarían a acuerdos en las dos materias que dan título a este órgano: economía y política social. Y ayer se cumplieron los peores presagios que acompañaron a esta comisión desde su nacimiento cuando ambos grupos no fueron capaces de cerrar el principio de acuerdo alcanzado en sanidad y UE. La ausencia de pacto aboca ahora al jefe del Gobierno, Pedro Sánchez, a empezar a negociar el fondo de ayudas europeas sin el respaldo del mayor partido de la oposición. El próximo 17 de julio comenzará en Bruselas el Consejo Europeo donde los socios debatirán el montante y las condiciones de un paquete, del que España espera obtener 140.000 millones entre subvenciones y créditos. El Gobierno siempre ha considerado necesario que Sánchez llegara a esa cita con el respaldo casi unánime de la Cámara. El cierre del acuerdo se topó con varios obstáculos. Para los socialistas era prioritario alcanzar un pacto en materia europea, pero los populares condicionaron éste a que existiera también consenso en sanidad, menos importante para los socialistas. Y aunque ambos coincidían en la necesidad de fortalecer el sistema de salud y la industria sanitaria, diferían en el cómo. La letra pequeña Según los socialistas, los populares exigían mantener el copago farmacéutico y se oponían a la universalidad de la salud pública. Para el grupo que preside Pablo Casado el acuerdo se frustró porque el PSOE no quiso cerrar la creación de una Agencia para la Salud Pública, ni una nueva financiación que eleve los medios del sistema de salud.El mayor consenso se alcanzó en las conclusiones de UE, las únicas que consiguieron mayoría absoluta La falta de entendimiento en materia sanitaria bloqueó así el acercamiento en materia europea que, además, tampoco estaba resuelto. Los populares reclamaron que la postura de España ante Europa se cimentara sobre la idea de «solidaridad y responsabilidad», defendida por el PSOE y el PP en Bruselas. Además, apostaron por que las conclusiones incluyeran una planificación de inversiones estratégicas a largo plazo, vinculada a la agenda verde y digital, pero también a la sostenibilidad de las finanzas públicas. Sin embargo, los socialistas no quisieron aceptar estas reclamaciones. Según la portavoz parlamentaria, Adriana Lastra, porque solo respondían a la estrategia de intentar «derrocar al Gobierno». «El principal escollo ha sido la cerrazón del PP a querer entenderse», acusó. «Ha decidido dar la espalda al interés de España. Le pedimos lealtad, pero ha decidido convertirse en un agente de inestabilidad y en un partido del bloqueo», abundó tras señalar la «irresponsabilidad» de los populares. Otra oportunidad Mucho menos agresiva fue la valoración que la portavoz del PP en la comisión, Ana Pastor, hizo de la falta de acuerdo. La también vicepresidenta del Congreso pidió una «reflexión» al Gobierno y destacó que aún hay tiempo para seguir negociando. No en vano, el dictamen final aún debe ser debatido en el hemiciclo el próximo 22 de julio. «Estamos todavía con muchos días por delante para llegar a acuerdos», destacó, insistiendo en la «mano tenida» de su partido. No obstante, ese posible acercamiento queda circunscrito a sanidad y UE. En materia de reactivación económica, los populares no aceptan la derogación de la reforma laboral que ayer volvió a comprometer el portavoz de Podemos, Pablo Echenique, ni subidas de impuestos y exigen la práctica de una política económica responsable. En cuanto a políticas sociales, el gran escollo es la exclusión de la educación concertada de las nuevas ayudas. Esta cuestión no solo impidió el acuerdo con el PP sino también con algunos de sus socios, como el PNV, Junts o incluso Ciudadanos, con el que los socialistas lograron pactar en los otros tres grupos de trabajo. En total, las conclusiones aprobadas recogen medio millar de recomendaciones para salir de la crisis que el Gobierno deberá decidir si las regula normativamente y cómo. Ni la mayoría de investidura Aunque Lastra se esforzó por destacar los acuerdos «históricos» alcanzados, las cifras de la votación de ayer la contradijeron: solo el documento de la UE logró el respaldo de la mayoría absoluta con 183 votos a favor. El escrito de reactivación económica obtuvo exactamente los mismos «síes» que la mayoría de la investidura —167—, y los dictámenes de sanidad y políticas sociales, con 166 y 155 apoyos respectivamente, ni siquiera lograron esa marca. Si Vox no se hubiera levantado de la comisión, los socialistas ni siquiera hubieran podido aprobar la exclusión de la escuela concertada de las nuevas ayudas.
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