jueves, 30 de julio de 2020

Sánchez, sin la foto de San Millán tras el desprecio de Torra y Urkullu

El presidente del Gobierno quería una imagen de unidad y consenso para la XXI Conferencia de Presidentes que tiene lugar hoy en San Millán de la Cogolla (La Rioja) pero sus dos principales aliados, el independentismo catalán y el nacionalismo vasco, rechazaron ayer formar parte de lo que consideran una estrategia de propaganda. La reunión, que tratará el reparto de los fondos de recuperación europeos y la actualidad sanitaria sobre los rebrotes del Covid-19, contará con la presencia del Rey en la apertura de la misma, acto que presidirá y tras el que mantendrá un encuentro informal con los presidentes de las regiones y Pedro Sánchez. Precisamente, la presencia de Don Felipe en la reunión fue el principal motivo que Quim Torra, presidente de la Generalitat de Cataluña, esgrimió en su carta de rechazo para acudir a San Millán de la Cogolla enviada ayer mismo al presidente del Gobierno. En la misiva —como respuesta a una previa de Sánchez tramitada el miércoles—, Torra señaló que su gobierno «no comparte» que se quiera utilizar un encuentro sobre la crisis sanitaria y la crisis económica «para implicar» a la Casa del Rey, «que hoy está más cuestionada que nunca», y por lo tanto se use para «blanquear su imagen». En esta línea, el presidente autonómico recordó a Sánchez que el Parlamento de Cataluña («sede de la soberanía de los catalanes», apuntó Torra) pidió recientemente «la abdicación de Felipe VI». «Relación bilateral» Más allá de esta posición, también argumentó que, debido a la «situación muy complicada de la pandemia en Cataluña», considera recomendable quedarse en Barcelona, no desplazarse a La Rioja, y dedicar toda su «atención y dedicación» a intentar resolver la situación sanitaria en relación a los brotes. «El primero que tiene que dar ejemplo de la restricción de movimientos que hemos pedido a la ciudadanía es el presidente», añadió. Sobre la reunión en sí misma y las celebradas por videoconferencia entre los líderes autonómicos durante el estado de alarma, el presidente de la Generalitat indicó a Sánchez que, como ya le ha trasladado en otras ocasiones, se trata de reuniones «bien poco útiles porque se nos anunciaba una serie de decisiones ya tomadas y anunciadas públicamente el día antes, sin posibilidad de dialogar ni de pactar ningún cambio». Para Torra, estos encuentros, como el de hoy mismo, no son ejercicios de «cooperación», de «cogobernanza», «ni de nada de lo que se ha querido vender». Y no lo son, para el independentismo catalán, porque «la relación del gobierno de Cataluña con el Gobierno de España ha de ser bilateral». Por lo tanto, en su opinión, no es en un encuentro entre los diecinueve presidentes autonómicos (regiones y ciudades) donde se puede debatir y acordar «realmente» el funcionamiento de los fondos europeos para la reactivación económica tras el Covid-19. Finalmente, Torra —que no hizo mención alguna a las reivindicaciones secesionistas— reprochó al presidente del Ejecutivo que no se le haya respondido a ninguna de las propuestas económicas, que incluye la de que la Generalitat reciba 31.000 millones de euros de los fondos europeos. Urkullu culpa a La Moncloa Sin misiva de respuesta pero con el mismo resultado, Iñigo Urkullu tampoco asistirá hoy a la XXI Conferencia de Presidentes. La carta de Sánchez del miércoles no inmutó a un Urkullu que se mantuvo en sus trece: si no se fijaba la fecha de una reunión «bilateral» entre los gobiernos central y vasco, no tomaría parte en la «foto» de unidad que pretende vender el presidente socialista. De hecho, el lendakari ni siquiera se tomó la molestia de contestar a la carta, como sí hizo su homólogo catalán. Desde la presidencia vasca apuntaron ayer que la situación seguía igual, y volvieron a incidir en que las razones de la ausencia de Urkullu a la cumbre de La Rioja hay que buscarlas en La Moncloa, no en Vitoria. Fuentes de la Lendakaritza señalaron que el propio Urkullu telefoneó el viernes pasado a la ministra Carolina Darias para comunicarle que solo acudiría a la reunión de presidentes de hoy si se fechaba la Comisión Mixta del Concierto, destinada a fijar el límite de endeudamiento del País Vasco para este año. Un mensaje que el líder nacionalista transmitió oficialmente por carta a Sánchez este martes. Pero la respuesta no cumplió con las expectativas de los nacionalistas. El PNV, avezado a la hora de sacar petróleo de la debilidad del Ejecutivo de Sánchez, pactó en mayo esa reunión bilateral para incrementar su capacidad para endeudarse en el marco de la crisis sanitaria y económica provocada por el coronavirus. Desde el gobierno autonómico sostienen que se trata de una fórmula para paliar no solo la sensible caída de la recaudación, que se estima que oscile entre el 17 y el 20 por ciento, sino también la exclusión del País Vasco del último tramo de los fondos europeos. Una suma de 5.000 millones de euros de la que esta autonomía no se beneficiará debido a su «sistema tributario particular», que gira en torno al Concierto Económico y al Cupo. «Había un acuerdo firmado para que esa decisión se tomara en el primer semestre del año. No se ha hecho», sentenciaron los nacionalistas vascos. En este sentido, subrayaron que «el lendakari lo único que ha dicho es que sin fecha no va a la conferencia de presidentes». Y hasta ahora, no se ha producido anuncio alguno. Por si fuera poco, el enfado en el PNV se acrecentó este jueves tras conocerse el acuerdo entre el Gobierno de España y el ejecutivo regional de Navarra. La presidenta autonómica de esta comunidad foral, María Chivite, anunció que había apalabrado pasar del 0 al 2,3 por ciento del PIB en su objetivo de déficit, el cual puede ser revisado al alza en septiembre. En Vitoria se cuestionan por qué este pacto no ha sido posible en el País Vasco. Con todo, Sánchez no tendrá, este viernes, la fotografía deseada de unidad y consenso. Una imagen que sus socios preferentes han evitado.

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