Más líos de familia: Rubiales denunció a su cuñado por revender entradas de la RFEF

El presidente de la Real Federación Española de Fútbol (RFEF), Luis Rubiales, denunció a su cuñado después de enterarse de que estaba intentado revender entradas del organismo que dirige para la última final de la Copa del Rey, que enfrentó al Real Betis y al Valencia en el estadio sevillano de La Cartuja el pasado 23 de abril. Según confirman a ABC fuentes conocedoras de esa denuncia, fue el propio Rubiales quien puso el asunto en conocimiento del departamento de Integridad de la Federación, que ese mismo día trasladó los hechos a la Guardia Civil por si pudieran ser constitutivos de delito. Todo ocurrió en la tarde del pasado 10 de abril, antes de que 'El Confidencial' empezara a publicar sobre el caso Rubiales y su acuerdo con Gerard Piqué para llevar la Supercopa a Arabia Saudí, y a dos semanas escasas de que se celebrara esa final de la Copa del Rey, el partido más importante que organiza la RFEF cada temporada. Y, como es habitual, con miles de aficionados intentando por todos los medios hacerse con una de esas entradas a cualquier precio. A primera hora de la tarde de ese domingo de Ramos, Rubiales recibió varios mensajes de whatsapp y una llamada telefónica de un técnico territorial de la propia Federación en Extremadura que hizo saltar las alarmas. Le informaba a Rubiales de que alguien había ofrecido a su hijo la oportunidad de revenderle entradas de la RFEF para esa final, algo que está prohibido por ley. Y ese alguien no era otro que su cuñado, que responde a las siglas de E. H. Noticias Relacionadas estandar Si ley del deporte La 'cláusula Piqué': la bomba del PP en la Ley del Deporte Rubén Cañizares estandar Si El Gobierno protege a Rubiales: se resiste a llevarle ante el Tribunal Administrativo del Deporte Adriana Cabezas Según las fuentes consultadas, fue el mismo Rubiales quien había reservado las entradas para su cuñado, un total de nueve. Formaban parte del cupo del 20% de tickets que le correspondían a la RFEF para este partido, en su mayoría repartidos entres los distintos estamentos del mundo del fútbol, para cumplir con compromisos institucionales, federaciones territoriales o comités de árbitros. Las entradas restantes, según explica la Federación a este periódico, finalmente se distribuyeron entre los empleados de la RFEF, que disponían de un plazo de 48 horas para formalizar la compra, teniendo para ello que remitir al organismo los datos identificativos de los asistentes. Cuando el técnico extremeño alertó a Rubiales de que su cuñado estaba intentando revender dichas entradas, él mismo avisó a su vicepresidenta y responsable de Integridad, Elvira Andrés Monte , así como al personal del Gabinete de Presidencia de la Federación. Ese mismo día se celebró una reunión de urgencia en las instalaciones de la RFEF. El departamento de Operaciones y Eventos acabó bloqueando el acceso de E. H. al sistema y le retiraron las entradas. Después, el director de Integridad y Seguridad de la Federación Española de Fútbol, Alfredo Lorenzo, se presentó ante la Guardia Civil para denunciar los hechos. Fuentes conocedoras del caso confirman a ABC que finalmente la denuncia no tuvo más recorrido y fue archivada. Cuando el cuñado de Rubiales intentó revender esas entradas ya era casi imposible comprarlas de forma legal para el resto de aficionados. Incluso para los jugadores de ambos finalistas, toda vez que el Betis y el Valencia acababan de repartir entre sus socios el 80% de la capacidad de La Cartuja, tal y como habían acordado ambos clubes con la Federación, que incluso tuvo que cederles parte de su cupo. Otra prueba de ello es que, cuatro días después de que Rubiales denunciara a su cuñado, la propia RFEF cedió algunas entradas más precisamente para los jugadores béticos y valencianistas que se habían quedado sin ellas . MÁS INFORMACIÓN noticia Si Retrato de un avispero: los lastres del fútbol femenino noticia No Así será 'Toke', el himno de Chanel para animar a la selección de fútbol española en el Mundial de Qatar noticia Si Primera cita judicial para la Federación Española por el caso Rubiales noticia No Los grandes charcos de Rubiales: Piqué, presunto espionaje, el maletero, Tebas y mensajes comprometidos El precio oficial de las entradas en aquellas fechas oscilaba entre 30 y 222 euros. Los dos clubes finalistas las pusieron a la venta durante la primera semana de abril, justo antes de que se produjera la denuncia de la Federación contra el cuñado de Rubiales. Solo las que repartió el Valencia se agotaron en menos de tres cuartos de hora. El mismo día de la final algunas llegaban a los 1.000 euros en la reventa por internet. Había pocas y se vendían muy caras. ABC ha contactado con todos los implicados en este asunto para recabar su versión. El cuñado de Rubiales se ha negado a comentar nada al respecto, mientras que la persona a la que le ofreció esas entradas no detalla cuántas ni por cuánto. La Real Federación Española de Fútbol, por su parte, recuerda que se activaron todos los protocolos y se actuó de manera implacable y taxativa, incluso tratándose de un familiar del presidente de la RFEF. El tío Este cuñado de Rubiales formaba parte de su círculo familiar más cercano. Así quedó patente, por ejemplo, durante el recuento de las elecciones en las que fue elegido como presidente de la Federación a mediados de 2018. Como recogieron las cámaras de televisión entonces, su cuñado estaba entre los familiares que le acompañaron en esa ocasión tan especial para Luis Rubiales. Incluso se aprecia en las imágenes cómo ambos se abrazan y felicitan cuando se conoció el resultado que decantó la elección a favor de él como nuevo presidente de la Real Federación Española de Fútbol hace cuatro años y medio. Este no es el único quebradero de cabeza del presidente de la RFEF con miembros de su familia. Además de su cuñado, también los ha tenido y los tiene con su tío Juan Rubiales, que ha presentado varias denuncias por su despido como jefe de Gabinete y por supuestas irregularidades en la gestión de la entidad que preside su sobrino Luis. Entre ellas, la fiesta que celebraron Rubiales y otros directivos en la localidad granadina de Salobreña en agosto de 2020, que es una de las cuestiones que ya investiga un juzgado de Majadahonda en el marco de las dintintas denuncias presentadas por varios organismos contra Rubiales y la RFEF tras las revelaciones de 'El Confidencial'.

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