lunes, 21 de noviembre de 2022

Un emigrante asturiano, primer y único árbitro de Estados Unidos en 40 años

En el naciente siglo XX, Estados Unidos ofrecía muchas oportunidades de trabajo, pero escasas opciones de practicar o disfrutar del fútbol, allí deporte marginal al que llamaban –y llaman- 'soccer'. «No se puede tener todo», debió pensar Prudencio . «O sí», reflexionó quizás cambiando de opinión. Y vaya si lo hizo. Jugó al fútbol, creó equipos, organizó torneos y fue el primero que representó en una Copa del mundo al estamento arbitral del país más poderoso de la Tierra. Esta es la historia de un 'guaje' (niño en bable) español que emigró a Norteamérica con siete años de edad y cuatro décadas después, convertido en ciudadano estadounidense, viajó a Brasil para ejercer de juez de línea en el Mundial de 1950. Este hito deportivo fue desconocido durante mucho tiempo. Salió a la luz merced al proyecto 'Emigrantes españoles en Estados Unidos' puesto en marcha en 2013 por James D. Fernández , catedrático en la Universidad de Nueva York, y Luis Argeo , periodista y cineasta. De su arduo trabajo de investigación nació una exposición itinerante que se pudo ver en 2020 en varias ciudades de España y cuyo título, 'Emigrantes invisibles' describe el anonimato de esos españoles y relata sus vidas y logros. Prudencio García Suárez nació el 2 de octubre de 1899 en Salinas , bello municipio costero de Asturias, y en 1907 se embarcó con su madre y una hermana rumbo a Estados Unidos, país al que ya había emigrado su padre unos años antes. Como una premonición, él es el niño que, con la bandera norteamericana al hombro, aparece en el cartel oficial de la citada exposición sobre emigrantes españoles. Cuando le hicieron la foto acababa de llegar a su nueva patria, y 43 años después viajó a la Copa del mundo de Brasil bajo el paraguas oficial de esa misma bandera. La selección de fútbol de Estados Unidos ya había participado en dos mundiales. En el inicial, Uruguay 1930 , acabó tercera tras ganar a Bélgica (3-0) y Paraguay (3-0) y perder 6-1 ante Argentina en la semifinal. En Italia 1934 , con formato de eliminación directa, solo jugó un partido. Fueron vapuleados (7-1) por los italianos en el encuentro inaugural (octavos de final). No acudió al torneo de Francia 1938 y volvió en el de Brasil 1950 . Ningún árbitro de la federación estadounidense había actuado en los tres campeonatos del mundo celebrados hasta entonces. El primero fue Prudencio. A las 19:30 horas del 29 de junio de 1950 ejerció de asistente en el Suecia-Paraguay (2-2) de la fase de grupos disputado en el estadio Durival Britto e Silva de Curitiba. Repitió idéntica función en tres partidos más: Italia-Paraguay (2-0), Brasil-Suecia (7-1) y Suecia-España (3-1). Tuvieron que pasar 20 años hasta que en México 1970 pitó un nuevo representante estadounidense: Henry Landauer. Lo hizo como árbitro principal (una vez) y como asistente (tres partidos). No hubo más colegiados yanquis en un Mundial hasta 1982, en España. A partir de ahí, la representación arbitral estadounidense solo ha faltado a dos citas: Alemania 2006 y Sudáfrica 2010. Esa tardía, intermitente y escasa nómina de árbitros de Estados Unidos en la Copa del mundo dimensiona el logro de Prudencio García, más aún en una época y circunstancias vitales especialmente duras y difíciles como las suyas. Luis Argeo escribió sobre ello en la web de 'Emigrantes españoles en Estados Unidos' : «A principios del siglo XX, enormes barcos de vapor cruzaban el Atlántico cargados de emigrantes europeos con esperanzas de prosperar en un nuevo continente. En esos años, cuatro millones de españoles hicieron las maletas con tanto miedo y hambre como ilusión. Aunque la mayoría se dirigió a países de habla hispana para 'hacer las Américas', decenas de miles pasaron por el Centro de Inmigración de Ellis Island en Nueva York. Muchos se quedaron allí, pero otros se subieron a trenes que les llevaron a fábricas con nombres imposibles en lugares como Ohio, Kansas o Missouri». «Se cree que Atanasio Fernández y Ángel García (padre de Prudencio) fueron los primeros en bajar del tren en la estación de San Luis , en 1901. Sabían que había trabajo para ellos. La fábrica Edgar Zinc Co. necesitaba hombres; esa empresa y otras similares contratarían a muchos más españoles de la misma zona de Asturias que aquellos dos cualificados trabajadores». 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Ese mismo año se organizaron ligas municipales para los equipos aficionados...», prosigue el reportaje. En 1927, Prudencio García y su cuñado, Benito Fernández, fundaron la Spanish Society (Asociación Española) de San Luis, cuyo equipo de fútbol jugaría en las colonias españolas de la zona. Uno de los jugadores fue el propio Prudencio, quien ya había americanizado su nombre, de difícil pronunciación en inglés, añadiéndole el más sencillo «Pete». Luis Argeo reproduce declaraciones de Donald 'Tío Don' García, hijo de Prudencio 'Pete': «Mi padre siempre estuvo involucrado en los deportes, y siempre quiso asegurarse de que los jóvenes tuvieran algo saludable y productivo que hacer. Así surgió el equipo 'Los Caballeros', que jugaban en la liga de la diócesis católica. Años más tarde, mi padre se convertiría en árbitro de fútbol». De hecho, dirigió partidos de la Liga Municipal de San Luis desde 1937 hasta 1957 y fundó la Asociación de Árbitros de Missouri. También pitó varios partidos que jugó la selección de Estados Unidos frente a clubes y selecciones de otros países en San Luis. Despedida amarga para un García Prudencio García Pese a tener nacionalidad estadounidense y representar a la nación que le acogió, Prudencio nunca olvidó su país de nacimiento. Y el revoltoso destino quiso que su postrera actuación como árbitro asistente en una cita tan importante como un Mundial de fútbol fuera precisamente en el último partido que disputó la selección de su patria natal. Así, el 16 de julio de 1950 ocupó una de las bandas del estadio Pacaembu de Sao Paulo donde España se jugaba ante Suecia el tercer puesto del campeonato. Aquel juez de línea de apellido García –el más abundante todavía hoy en España- asistió en primera fila a un mal partido de sus compatriotas, que perdieron 3-1 tras ser superados desde el pitido inicial por los suecos. Un final de campeonato decepcionante para la selección española y de regusto amargo para Prudencio García Suárez. Como a muchos de sus paisanos emigrantes, la Guerra Civil española empujó definitivamente a Prudencio a solicitar la ciudadanía en su país de acogida. Y poco después, en 1949, obtuvo la documentación que le acreditaba como árbitro de la FIFA. Ese mismo año pitó en la Copa de selecciones de Norteamérica celebrada en México y clasificatoria para el Mundial de Brasil al que acudiría en 1950. «Como ya tenía 50 años –recordaba su hijo (fallecido en septiembre de 2021)- le pusieron de juez de línea». García terminó su carrera como árbitro FIFA a finales de 1952 y colgó el silbato en 1957. En 1964 ingresó en el Salón de la Fama del Fútbol de Estados Unidos y en 1975, en el Salón de la Fama del Fútbol de San Luis . Su incansable y prolífica labor deportiva no estaba remunerada. Prudencio, después de estudiar contabilidad durante varios cursos en horario nocturno, trabajó en el Commerce Bank & Trust Company hasta su jubilación, en 1965. En 1927 se casó en San Luis con otra emigrante asturiana, Dora Fernández, y tuvieron tres hijos. Murió el 15 de noviembre de 1984 en Arlington, Virginia.

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