miércoles, 16 de noviembre de 2022

Qatar 2022, el primer Mundial con árbitras: una de Francia, otra de Japón y también de Ruanda

El pasado 2 de noviembre, en el Real Madrid-Celtic, Stéphanie Frappart derribó un muro más en su brillante carrera de árbitra. La colegiada francesa se convertía en la primera mujer que pitaba un partido de Champions en el Santiago Bernabéu . Un nuevo hito para la mejor colegiada del mundo durante las tres últimas temporadas, según la Federación Internacional de Historia y Estadística de Fútbol (IFFHS). Frappart es pionera en el fútbol masculino. Anteriormente, ya había sido la primera árbitra en pitar la final de la copa francesa (2022), el Juventus-Dinamo de Kiev de Champions (2020), el Malta-Letonia de la Liga de las Naciones (2020), la Supercopa de Europa entre Chelsea y Liverpool (2019) y partidos de la Ligue 1 desde la temporada 2019-2020, que ascendió a la primera división de su país. Su nuevo hito se producirá estos próximos días en Qatar. Junto a la japonesa Yoshimi Yamashita y la ruandesa Salima Mukansanga será una de las tres primeras árbitras en pitar en un Mundial masculino, en el que el representante español será Mateu Lahoz, como ya sucediera en 2018. Stéphanie es el caso de éxito más potente en el arbitraje femenino, pero no el único en el fútbol de élite. La alemana Bibiana Steinhaus fue la primera mujer en pitar en la Bundesliga (2017-2020) y la italiana Maria Sole Ferrieri Caputi arbitra en la Serie A desde esta misma campaña. Además, en Europa también pita en la primera división masculina de su país la croata Ivana Martincic, la checa Jana Adámková, la ucraniana Kateryna Monzul y la galesa Cheryl Foster. ¿Y en España? Aquí aún hay trabajo por hacer, pero la evolución es seria. En el país hay alrededor de 15.000 árbitros de fútbol desde las categorías de niños hasta la élite del silbato. De estos 15.000, solo el cinco por ciento, unas 750 aproximadamente, son árbitras. La diferencia es abismal, pero hay que ponerla en contexto. El arbitraje femenino español estaba en el subsuelo años atrás y la tasa de abandono era muy alta. Desde 2017, la película ha cambiado por completo: «Yo me retiré en 2013 y desde entonces me puse a trabajar en el CTA para modernizar la estructura del arbitraje femenino español. Hace cinco años es cuando se pone en marcha el actual proyecto que incluía captación, seguimiento y división por categorías», explica a ABC Marisa Villa. Pruebas físicas Esta excolegiada ciudadrealeña pitó en categoría femenina en los Juegos Olímpicos de Atenas, Pekín y Londres, en los Mundiales de China (2007) y Alemania (2011) y una final de la Copa de la UEFA en 2007, pero se quedó a las puertas de hacerlo en Primera. En la temporada 2007-08, Silla no pasó las pruebas físicas pertinentes y ahí se esfumaron sus opciones de convertirse en la primera árbitra profesional que pitaba en LaLiga: «Si queremos normalizar el arbitraje no debemos diferenciar hombres y mujeres. Sería injusto que las pruebas físicas fueran distintas por género. El trato debe ser el mismo», detalla Marisa con cierta melancolía de lo que pudo ser y no fue: «En 2006 hubo un cambio radical a nivel mundial en cuanto a las pruebas físicas a los árbitros. De repente, se elevó muchísimo el nivel de exigencia y eso hizo que, por ejemplo, los asistentes de Mejuto González no las pasaran y él se quedara sin pitar el Mundial de 2006 en Alemania. En mi caso iba siempre al límite, pero durante aquellas pruebas fallé por centésimas en algunas series de velocidad». Marisa Villa se quedó a un suspiro de hacer historia, pero plantó la semilla para que las que iban a venir por detrás: «La evolución es muy positiva en los últimos años. En Primera, Guadalupe Porras es árbitra asistente desde 2019 y, esta temporada, se le ha sumado Eliana Fernández. En Segunda tenemos otra asistente, Judit Romando, y en Primera RFEF pita como colegiada Marta Huerta, además de tener otras dos asistentes, Silvia Fernández e Iragartze Fernández», detalla Yolanda Parga , la sustituta de Marisa como responsable del arbitraje femenino en el CTA y, anteriormente, una de las mejores colegiadas de la historia de nuestro país. En la RFEF no quieren dar pasos en falso. Su apuesta está ahí, pero las promociones no se realizarán en base al género. La árbitra que demuestre que puede llegar a Primera, llegará, pero no lo hará por el hecho de ser mujer. Esa es una línea roja clara en el CTA : «Tenemos que dar pasos firmes para que luego no tengamos que recular. Claro que el objetivo es que haya una árbitra en Primera, pero eso lleva tiempo. Tiene que ser una árbitra que se lo merezca por su valía, no por otros argumentos. Creo que tenemos colegiadas muy disciplinadas, trabajadoras y preparadas, pero hay que ir poco a poco», cuenta Yolanda. «Ha habido un salto importante y va a seguir siendo así por el nivel de implicación y esfuerzo que veo en el colectivo. Yo llevo 18 temporadas pitando y siempre me he considerado igual que mis compañeros. El hecho de ser mujer no significa nada. Nadie me ha dicho que subía de categoría por llamarme Marta . He tenido que competir con las mismas exigencias que el resto, y así tiene que ser. Lo importante es que hace nada éramos cuatro chicas contadas y cada vez hay más árbitras. Eso me enorgullece», reflexiona Marta Huerta. De Aza, en la pole Adscrita al colegio tinerfeño, la palentina suma cuatro temporadas entre Segunda B y Primera RFEF. El pasado verano pitó el partido inaugural de la Eurocopa femenina de Inglaterra, y su posición y crecimiento hace pensar que será la primera árbitra principal en dar el salto al fútbol profesional masculino, pero ella prefiere ser cauta: «Mi objetivo es disfrutar del partido más próximo y si en el futuro llega algo, que llegue, pero no me voy a poner en mi mochila más peso, presión y estrés del que ya tiene pitar a lo largo de una temporada. No sería justo ni bueno para mí. Lo que tengo que hacer es demostrar en el terreno de juego que estamos preparadas para cuando el comité considere que podemos dar el salto a Segunda». «Es una de nuestras mejores árbitras y lo demostró este verano en la E uro y en el Mundial sub-20 de Costa Rica . Gestiona muy bien los partidos, tiene muy buena presencia en el campo. Es cierto que el ritmo de los partidos y la exigencia física es distinta, pero hoy día hay ya bastante partidos en el fútbol femenino con un ritmo y una intensidad muy elevadas. Seguramente sea un fútbol más inocente, en el sentido positivo, en cuanto a entradas o protestas, pero yo ya le vengo avisando a las árbitras que esto está cambiando y va a ir a más. Las árbitras de nuestro país han subido también mucho su preparación física», analiza Parga. «Muchas veces corro más en partidos femeninos que en masculinos. No es una cuestión de género, sino que depende más de la competitividad y del estilo de juego de los equipos. Ya nadie se sorprende por ver una mujer en el fútbol masculino. Cuando lleguemos a Primera y Segunda quizás eso sea noticia, pero será un día, como ocurrió con Guadalupe hace tres temporadas, y luego ya se normalizará. El proceso debe ser natural», cuenta Marta. Tanto para Yolanda como para Huerta, el arbitraje de Frappart en el Bernabéu no les cogió por sorpresa. La conocen bien, han compartido equipos arbitrales y saben de su categoría. Una árbitra que está ayudando a abrir el camino de las mujeres en el fútbol masculino de élite, ese que en España estaba rezagado, pero ya ha cogido vuelo y, más pronto que tarde, verá a una árbitra ser la juez principal: «Paciencia, llegará», sentencia Parga.

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