martes, 8 de noviembre de 2022

Manzano, sobre el choque Simeone-Joao Félix: «Me choca que el más caro de la historia del Atlético no sea la bandera»

Ocurrió ya hace 11 años, pero Gregorio Manzano (66) fue el último entrenador que se sentó en el banquillo del Atlético de Madrid antes que Diego Pablo Simeone . No conoció las mismas alegrías en el cargo, pero sí pasó por los sinsabores de crítica y rechazo social que ahogan hoy al argentino. Una voz autorizada por tanto en esa materia. Desde Valladolid, ciudad a la que volvió cuando hace cuatro temporadas terminó su experiencia en China , el técnico en paro atiende a ABC. -¿A qué se dedica, Gregorio? Como dicen en la enseñanza: estamos en expectativa de destino. Ha habido propuestas, pero se tienen que dar todos los factores y desde luego volvería al trabajo. De momento, dedicándome a la familia, los amigos, el ocio y el sosiego que no tenemos en activo. - ¿Volvería a China? -Cuando fui a China por primera vez fue porque Kanouté ya había estado en el Beijing Guoan y me dieron muy buenas referencias. No lo descarto, pero lo veo difícil. He tenido otras ofertas del extranjero, pero ya no estoy para aventuras innecesarias. -Hoy se enfrentan los dos equipos donde ha estado más tiempo en España, el Mallorca y el Atlético. Alegrías solo en Mallorca. -La verdad es que sí. He dirigido más de 200 partidos en diferentes etapas y al Mallorca le debo gran parte de lo que me he realizado como entrenador. Allí conseguí la Copa del Rey , siendo un equipo modesto, eliminando al Dépor y al Real Madrid. Y volví a los tres años, con el Mallorca colista: nos salvamos. Y en 2010 me fui siendo quinto, en plaza europea... No entramos en Champions porque el Sevilla ganó en Almería faltando dos minutos. Fue una trayectoria muy bonita. -Y entrenando a jugadores peculiares. Eto'o, Dani Güiza... -Un día, jugando contra el Barcelona de Van Gaal en casa, con 0-0, Iturralde expulsó de forma injusta a Novo, un hombre que no mataba una mosca, porque Motta le intimidó. Eto'o vio aquello y le dijo a Motta: «Él no te ha dado, pero yo sí te voy a dar». Y efectivamente, después le agredió y fue expulsado. Cuando llegó el descanso pregunté por él y ya se había ido... Cuando le llamé me dijo que estaba arrepentido... Creo que más que arrepentido se fue asustado por la bronca que se iba a llevar... Son muchas anécdotas con Eto'o... Y Güiza... Es el último pichichi español... Bota de Plata con 27 goles. Con sus características nadie podía pensar que lograría ese pedazo de éxito. Pero cuando estaba en camino le recordé que tuviera una vida profesional y le dije: «Dani, cuando te tomes la segunda cerveza acuérdate de mí porque vas a ir con la selección a la Eurocopa». Y me dijo: «Míster, si yo no bebo; además, no me va a llamar la selección». Yo le insistí en que sí y Luis Aragonés le llevó y fueron campeones de Europa. -Como presidentes ha tenido a Ruiz-Mateos y Jesús Gil... -Con Ruiz-Mateos cogí al Rayo colista, un punto en siete jornadas, e hicimos una segunda vuelta espectacular. Pero al principio nos costó resucitar... Y un día Ruiz-Mateos me cita en un hotel y me dice: «Venía a destituirle, pero no sé qué hacer porque todo el mundo me habla muy bien de usted». Y le dije: «Jefe, cómo va a echarme ahora que estamos intentando sacar la cabeza». Y entonces me dio una estampa de la Virgen de los Desamparados para que me ayudara. Cuando nos salvamos siempre me decía que había sido gracias a la Virgen. Jesús Gil ya me quiso fichar cuando estaban en Segunda. Al final no se dio y me dijo: «Usted algún día será entrenador del Atleti». Y mire si lo fui. -El primer año no continúa tras quedar séptimo y en su segunda etapa le destituyen a mitad de temporada... -En la primera temporada por 'goal average' no entramos en UEFA. Un año después de volver a Primera, con Luis el equipo venía de ser 12º. Creo que era un buen crecimiento, pero la exigencia del Atlético de Madrid era alcanzar de inmediato Europa... Fue un periodo con diez o doce nuevos jugadores, muchos cedidos: Lequi, De los Santos... ésa era la situación de ese Atlético... Aún así fue la consolidación de Torres, que marcó 19 goles, su mejor año en Liga en España. No se dio, pero estaré siempre muy agradecido al Atlético de Madrid. En mi segunda etapa tuvimos que jugar dos rondas previas de UEFA, con muchos jugadores que se incorporaron tarde porque hubo Copa América. Y ese verano se fueron De Gea, Forlán, Agüero... palabras mayores. Era un equipo de nuevo en reconstrucción, con un Courtois muy joven, Turan, Falcao, que llegó a última hora y ni pudo jugar la jornada uno porque no tenía los papeles en regla. Eso era el Atleti... En Europa quedamos primeros de grupo, pero en Liga no tuvimos suerte, yo haría cosas mal, y se decidió destituirme. -Ese mismo Atlético terminó quinto y ganó la Europa League con Simeone. -Siempre me quedaré con la duda de si conmigo habría acabado igual. Es innegable que se demostró que teníamos una buena plantilla. Quizá Simeone fue capaz de tocar una tecla que yo no supe ver. Pero en cualquier caso me alegré muchísimo de ese éxito por los jugadores, por la institución y por la masa social. -A Simeone lo tuvo como jugador.   -Tenía experiencia, no sólo en el Atleti. Venía además con la vitola de leyenda del doblete. Era un profesional intachable, ayudaba a hacer grupo y lo daba todo en el campo. Le elegí como uno de los capitanes y ayudó mucho a Torres, que era el capitán por antigüedad. Noticias Relacionadas estandar Si Fútbol / Entrevista José Mari: «El fútbol no espera a nadie, ni a Simeone» José Ignacio Fernández estandar No Atlético de Madrid 1 - 1 Espanyol Simeone no puede ni contra diez José Miguélez - Ser entrenador de élite sin haber sido futbolista profesional es más difícil, ¿no?. ¿Algún futbolista le habrá dicho «pero si usted no ha jugado...?» Cuando llego a Primera, en 1999 en el Valladolid, ya llevaba 15 años entrenando. Había jugadores de la talla de Caminero, Eusebio, César Sánchez, Vizcaíno... y lo primero que hice fue explicarles cuál era mi método, mi trayectoria y lo que me había costado llegar a un sueño que cumplir. Cuando uno explica lo que ha conseguido y dónde quiere llegar, siendo honrado con el jugador, se gana su respeto y su cariño. He entrenado a grandísimos jugadores y nunca noté nada ni me hicieron ningún comentario por no haber sido jugador profesional. Ser entrenador no tiene nada que ver con ser jugador. Quizás pueda ayudar por contactos, amistades o tener más complacencia mediática. -¿Cómo ve el conflicto Joao Félix-Simeone? Salvando las distancias, usted también puso de uñas al Calderón por su manía a Movilla ... -El entrenador es el que mejor sabe cómo está el jugador en toda su dimensión: física, mental y de compromiso. No puedo hacer una valoración. Pero desde fuera suena chocante que el jugador de mayor coste de la historia del Atlético de Madrid no sea la bandera del equipo. -El Metropolitano hierve de indignación, división y pitos . Usted también vivió un Calderón muy revuelto -No es agradable. En los momentos críticos realmente necesitas todo lo contrario: más ayuda y más calor, no reproches. Pero la afición es exigente porque el club lo demanda, porque es uno de los grandes. Pero son situaciones puntuales y creo que la afición del Atlético, una de las mejores de España, volverá a esa unión que siempre ha tenido. -En esa época se publicó que le quedaban tres partidos, que no iba a continuar. Y que ya había contactos con Simeone. ¿Cómo se lleva eso? -No te ayuda nada el estar pendiente del rumor y de la antesala de la noticia cuando salen en la prensa porque es parte del propio trabajo. Desde el minuto uno de esta profesión tienes que saber, como los toreros, que en algún momento te va a pillar el toro. Lo que hace falta es que cuando te pille la cornada no sea muy fuerte. Un entrenador profesional tiene que aislarse del entorno y de la prensa e intentar ganar. Y si ganas, todo lo anterior sobra. -En esos últimos partidos le cantaron «Manzano vete ya» ... ¿Se llegará a gritar «Cholo vete ya»? No soy adivino, pero yo pondría un 0,5% de posibilidades, por no decir 0, de que eso pase. El Cholo se ganado el respeto por todo lo trabajado y lo conseguido y no creo que vaya a darse ese cántico, sino todo lo contrario. Creo que hay que agradecerle su trabajo y su trayectoria. Y si al final las cosas no salen, hay mecanismos mucho más diplomáticos para cerrar una relación que no a través de unos cánticos en la grada. -Cuando alguien dice que Simeone tiene que irse, otro suelta para callarle: «¿y qué vuelva Manzano?» o «con Manzano estábamos peor». -Bueno. es una reacción que en cierto modo lleva razón. Desde aquel quinto puesto que logró Simeone la trayectoria ha sido muy regular en clasificaciones y en títulos. El club ha tenido un crecimiento exponencial en todos los sectores. Pero no deja de ser una anécdota y yo tampoco estoy pendiente de estos comentarios para nada. -¿El Atlético le ha venido mal en su carrera? -Bueno, hay dos formas de verlo. Una es ésa, que es muy real, pero yo me quedo con que pocos entrenadores han tenido una segunda oportunidad en un club grande. Y yo la tuve, quizá porque en la primera etapa se quedó el trabajo medio hecho. El club pasó de ser duodécimo a ser séptimo, y cuando salí volvió a ser undécimo, décimo... Ese divorcio no salió bien, se vio que quizá con continuidad a lo mejor el equipo habría crecido de forma más coherente. Así que cuando me llama de nuevo el Atleti, tenía la espinita de ese séptimo puesto, que luego fue a Intertoto y tenía la ilusión de llevar al Atleti a Europa. Pero no llegué hasta el final, y tras esa salida tuve que parar, reflexionar y pensar que después de más de 400 partidos aquí quizá Gregorio Manzano estaba ya muy visto y por eso decidí salir a otro país y fui el primer entrenador en la Superliga China. Aquello me cambió la perspectiva: los entrenadores tenemos distintas etapas que tenemos que saber disfrutar y saberlas quemar. Ésa es la vida del entrenador.

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