martes, 1 de noviembre de 2022

Izan Guevara : «Intento recordar qué he pensado en la carrera y nunca me acuerdo»

Lo tenía claro desde los tres años. El fútbol no era para él. Sufría con el balón, disfrutaba con el ruido de los motores. La elección de Izan Guevara (Palma, 2004) está cimentada en el apoyo de sus padres -«Han sufrido, han hecho kilómetros, me han acompañado a todas las carreras»-, su esfuerzo, sus triunfos para conseguir becas año tras año, su persistencia y su desparpajo para llamar la atención de los ojeadores cuando todo parecía que se acababa allá por 2019 -se quedaron sin dinero y aún está pagando la deuda-. Hoy es campeón del mundo de Moto3 y, aunque no lee nada de lo que escriben sobre él, se sienta con ABC, acepta unos lacasitos y desgrana su camino hacia este título. Mañana se sube a la moto en Cheste para cerrar su dorada temporada. -¿Llega al GP de Valencia flotando? -No, no, siempre pisando suelo. Supercontento por lo conseguido, ha sido un año increíble. Hemos tenido buenos y malos momentos, en todos hemos disfrutado y hemos podido aprender. El título está decidido, pero tengo dos objetivos: superar los 300 puntos y el pleno de victorias en España. Noticias Relacionadas estandar No MotoGP - GP MALASIA Bagnaia y Quartararo se jugarán el título en Valencia Sergi Font estandar Si Reportaje Lacrosse, el deporte incomprendido Pablo Lodeiro Fernández -¿Cuándo ve que puede ganar? -En los test de pretemporada en Portugal me vi fuerte, pero había gente que tenía más experiencia que yo, Masia, García Dols, Sasaki. Me di cuenta de que tengo oportunidad cuando me voy de vacaciones. Me fui a solo tres puntos. La vuelta fue difícil porque en Silverstone nos tiraron a mí y a Sergio y se acercó Foggia. Pero en Misano conseguimos el liderato, llegaron dos victorias seguidas, Aragón y Japón, y en Tailandia superamos una carrera dura para ir a Australia con bola de partido. Y supimos aprovecharla. -¿Hay dudas cuando las cosas no van? -Sentirte peor piloto, no. Sabes cuándo la moto va bien y cuándo va mal. Siempre que hemos tenido dificultades sentía esos problemas de delante o de atrás, que no conseguíamos mejorar, pero llega otro fin de semana y la moto empieza a ir bien y conseguimos buenos resultados. Hay fines de semana que no cuadramos: o no estoy yo bien puesto o la moto le falta un pasito. Nunca he encarado dos fines de semana malos. Hemos sabido salir de los malos momentos aprendiendo. Moto3 «El momento de la parrilla es lo peor. Siempre pienso qué hago aquí, si podría estar en el sofá de casa tranquilamente...» -En esta categoría tan pareja, ¿qué marca la diferencia: físico, mental...? -Ha marcado la diferencia rodar y entrenarme en solitario, prepararme las carreras en solitario. Llegaba centrado en mí y a un nivel altísimo. Ha sido la clave del título. -¿Cómo gestiona que a veces la moto, que no es su trabajo, no funcione? -Bueno, es que yo sé que sin ellos no estoy yo aquí. En el equipo es importante del primero al último. Si no está ese trabajo, el título no se hace. El equipo depende del mí y yo dependo del equipo. Somos una piña. Este año lo hemos conseguido y el próximo subo con ellos y queremos seguir progresando. Nunca me he sentido solo, ni me he rayado mucho. Ha salido todo bien. -¿Se hace largo el campeonato? -Después de Australia me hubiera ido para casa (risas). Con el título en la manga me voy ya a casa, pero hay que cumplir. Pero contento de volver a estar en casa y afrontar la última carrera. -¿Cómo es esa rueda de prensa de los jueves con todos esos pilotazos? -Si te soy sincero, estoy más nervioso los jueves que los domingos de la carrera jugándome el título. Se mezcla un poco de todo, los otros pilotos, el inglés, todo… (risas) -¿Cómo van las pulsaciones en esos quince minutos de parrilla? -Entre que llegamos y no se hacen diez. De pequeño lo pasaba fatal, muy mal. Había momentos en los que tenía angustia, me entraban ganas de vomitar y todo. Pero poco a poco he sabido controlar y ahora ya no me pongo muy nervioso. Es el momento más tenso. Estás diez minutos viendo la primera curva y quieres empezar ya. Y quitártelo de en medio. Pero una vez que acaba la carrera, yo quiero volver a repetirla. Porque has disfrutado. Pero ese momento es lo peor. En ese momento sí pienso «¿qué hago aquí?». Podría estar en el sofá de casa tranquilamente... -¿Y los 40 minutos de carrera? -Nada, no pienso en nada. Voy de curva a curva. Estás en esta curva y piensas en la siguiente. Intento recordar lo que he pensado en carrera y nunca me acuerdo. Vas con la mente en blanco. -Recibió su primera moto con 3 años, ¿no es un poco pronto? -A un hijo creo que no le puedes prohibir lo que quiere. A mí me apuntaron a fútbol y no me gustó nada. Yo pedí una moto, pensaron que sería por un tiempo y no, aquí seguimos. Es lo que elegí, me lo respetaron y me han apoyado siempre. Y estoy muy agradecido. -Uno de los mayores rivales fue su compañero, Sergio García Dols... -Yo lo he llevado bien. He estado a mi bola dentro del box, con mi gente y mi trabajo. Me fijo en mí y en mis datos. Tenemos una rivalidad sana; los dos hemos mejorado gracias a esa rivalidad. -¿Cómo se combina el peligro de una moto con saber disfrutar la carrera? -Después de todas las carreras que he hecho es ya algo más, repetir lo mismo. Cada carrera es un mundo y nos pueden pasar muchas cosas. Por eso, estoy siempre concentrado -trabaja con un psicólogo-, para sacar el mayor rendimiento y resultado posible. -Nadal, Lorenzo, Mir y ahora otro mallorquín campeón del mundo. -Y Augusto Fernández puede ganar Moto2. Bueno, tenemos la coca de patata, la sobrasada, la ensaimada, las quelitas, tenemos un poco de todo (risas). Es muy reducido en tema espacio, solo un circuito. Lo amortizamos mucho e intentamos siempre ir al máximo para salir a comernos al mundo. Es increíble, sí. -¿Cómo ve la temporada de Márquez, uno de sus ídolos? -Su vuelta ha hecho más emocionante el Mundial. Tres palabras: de otro planeta. Se ha visto, demuestra a todo el mundo el potencial que tiene, ocho títulos. Inexplicable. El talento que tiene es de otro planeta. Llegar a ese nivel es muy difícil, pocos pilotos pueden llegar ahí. Encima, supera la lesión que ha tenido. Muchos hubieran tirado la toalla. -¿Se ve ya con él en MotoGP? -Bueno, ya ya, no. Pero a lo mejor dentro de dos años sí. Subo a Moto2 y ojalá fuera llegar y besar el santo, pero sé que tiene que haber una base, un trabajo, una buena pretemporada. Es muy distinto a Moto3.

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