Los últimos cuatro años del Real Madrid tienen un nombre propio por encima del resto: Karim Benzema . Si el francés estornudaba, el equipo blanco cogía una pulmonía. Una reflexión con alta dosis de dramatismo, pero no alejada de la realidad. Al menos en su esencia. Era evidente que un Madrid con Benzema no era lo mismo que un Madrid sin Benzema. Solo hay que echar un vistazo a la brillante temporada del equipo blanco el pasado curso. Los contados renglones torcidos sucedieron en partidos sin el galo: la eliminación en cuartos de Copa en San Mamés (1-0), el 0-4 ante el Barcelona en Liga y el 1-0 de la ida de octavos de la Champions en París. Allí sí estuvo Karim, pero solo su alma. Físicamente no estaba en condiciones de competir en un partido de tanta exigencia, y así quedó demostrado durante los noventa minutos. Estos tres tachones blancos evidenciaron la dependencia que el Madrid tenía de Benzema, aunque de puertas para afuera siempre se pusiera en valor el conjunto de la plantilla y se le restara importancia a las ausencias de Karim. Posicionamiento, por otra parte, lógico. Nadie en el club iba a cometer la torpeza de minusvalorar una plantilla que tiene un nivel muy elevado, pero el futbolista que marcaba más regularmente la diferencia era Benzema. Ambas cosas son compatibles, como también lo fue la pasada temporada el impacto que generaron la explosión de Vinicius y el recital de paradas salvadoras de Courtois. Todo estos ingredientes sumaron para ganar Champions, Liga y Supercopa. ¿Sería el Madrid capaz de repetirlo o, incluso, mejorarlo sin Benzema? En mayo, la respuesta hubiera sido un no, rotundo. Hoy, a 4 de noviembre, es un quizás. Entre Liga, Champions y Supercopa de España, el Madrid ha jugado 19 partidos esta temporada, en los que solo once ha sido titular Karim. El resto, uno ha salido desde el banquillo y los otros siete no ha jugado por lesión. En total, ha participado en 954 minutos de los 1.710 minutos oficiales, el 62%, pero eso no ha sido óbice para que el Real Madrid haya pasado a octavos de la Champions como primero de grupo -sin ningún gol de Benzema , algo que nunca había sucedido en sus 13 años de blanco-, sea líder de LaLiga con 32 de los 36 puntos jugados y ganase en agosto el primer título de la temporada, la Supercopa de Europa. A este inesperado escenario, que ha causado una positiva sorpresa en el club y en el cuerpo técnico, se ha llegado por el salto de jugadores que ya asomaban maneras muy serias, y que esta temporada han explotado, como Valverde y Rodrygo. El uruguayo está destrozando hasta los pronósticos más optimistas: ocho goles, cuatro asistencias y un tsunami físico y técnico que le han convertido en uno de los futbolistas del momento. El brasileño, clave en las remontadas de Champions ante Chelsea y City , también ha hecho boom: siete dianas, cinco pase de gol y un multiusos para los tres puestos de ataque. A ambos se le une el nuevo paso adelante de Vinicius, cuyos números de este curso van camino de hacer pequeños los de la pasada temporada. Máximo realizador del Madrid , con diez tantos, a los que hay que sumarle cinco asistencias y un absoluto liderazgo que ya nadie cuestiona. El tercer futbolista más valorado del mundo tras Haaland y Mbappé: «El hecho de no tener a Karim les ha dado a todos los jugadores de ataque mucha más responsabilidad, la han aceptado y están cumpliendo. Son profesionales muy serios, pero muy humildes», explica Ancelotti, orgulloso. El también vuela alto sin Benzema.
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