María Luisa Budiña tiene 72 años y ha cambiado su manera de ir de compras. Camina por los laterales de las grandes calles comerciales del centro de Madrid y se cuida de mantener la distancia en las escaleras mecánicas de los grandes almacenes. Este viernes cargaba dos bolsas rojas como los carteles que plagan las tiendas y, antes de salir del ‘outlet’ de El Corte Inglés, presionó el pequeño bote a las puertas y se frotó las manos a conciencia. «Siempre vengo a las rebajas para comprar cositas más baratas para las ocasiones y cumpleaños del resto del año», comentó, con la mascarilla FPP2 bien calada. Un sol radiante bañaba este viernes las mismas baldosas que en enero de 2021 quedaron sepultadas bajo la nieve de Filomena. El primer día de rebajas del año atrajo a la calle de Preciados una marea de gente que pululaba bajo las luces caducas de Navidad y entre escaparates que clamaban: «¡Rebajas!». María Luisa aprovechó para comprar «un juguetito al niño» y unos pantalones de 7 euros para verano. «Sí hay ganas de rebajas, pero llegas a casa hasta con miedo, porque si te contagias se descontrola todo», reconoce. El mes pasado, María Luisa paralizó un TAC después de que una amiga estuviese en contacto con un positivo: «Tengo las tres dosis pero tuve que revolver todo, mi hija vino corriendo para hacerme una prueba de antígenos». La sexta ola del Covid-19, dominada por los contagios rampantes de la variante Ómicron, ha vuelto a descafeinar las fechas clave del comercio. «La percepción que hay es que es todo muy extraño», traslada el presidente de la Confederación de Comercio Especializado de Madrid, Armando Rodríguez. Tras un mes de noviembre relativamente bueno, las ventas cayeron en diciembre para después repuntar en la recta final de las compras navideñas, dejando un 5 de enero inesperado. «Los últimos días se ha debido hacer lo que no se había hecho hasta ahora, pero todo ha sido muy anárquico, no se pueden hacer previsiones», puntualiza Rodríguez. La muchedumbre de compras, este viernes, en la Gran Vía - GUILLERMO NAVARRO Lejos de 2019 Sin caos ni largas colas, la muchedumbre de Preciados, uno de los núcleos comerciales de Madrid, plagado de locales prohibitivos y ‘flagships’ —buques insignia, en inglés— de las grandes marcas, era un espejismo. «Está flojo, muy flojo», fue la primera respuesta de una de las empleadas de La Zapatería, un local veterano en la calle del Carmen. Salvo un pequeño pico de cara al día de Reyes, la época navideña no ha recuperado el esplendor preCovid, sobre todo con los turistas fuera del mapa. La Zapatería abrió en Nochebuena y en Nochevieja hasta las 20 horas, uno de los pocos negocios que emularon el horario de su vecino El Corte Inglés, y sus dependientes estuvieron de brazos cruzados toda la tarde. «Se nota que la cosa está fastidiada todavía», afirma el encargado de La Zapatería durante los últimos 31 años, Ángel Fernández. «Estamos un 30% por debajo o peor, incluso. Antes éramos cuatro o cinco personas en la tienda y ahora estamos dos o tres. Hacemos más, pero son muchas horas del día en vano en las que antes no parabas», cuenta. Las cantidades en euros tachadas junto a las promociones a todo color solo interesan a un puñado de clientes. El interior de El Danubio Azul, una tienda de moda que nació hace 75 años en Preciados, estaba vacío pasado el mediodía. El turismo nutre el 50% de su clientela y su servicio de ‘tax free’ (la compra exenta de impuestos para los extranjeros) está paralizado casi como lo estuvo en el confinamiento. «Noviembre, un poco mejor, diciembre mal y ya enero… Aquí vienen muchas señoras mayores y, claro, con el Covid…», resume el encargado, Víctor. El Danubio Azul factura un 30% menos que en 2019. Beatriz Padilla, dueña de Perfumerías Padilla, posa en el local de la calle del Carmen - GUILLERMO NAVARRO A pesar del panorama, Beatriz Padilla, bisnieta del hombre que fundó Perfumerías Padilla hace 106 años, tiene buenas noticias: «Hemos subido, hemos subido». En concreto, un 32% más que en 2020, año en el que sus ventas se desplomaron un 49% respecto a 2019. «Y ha sido todo nacional, hasta el 15 de diciembre hicimos ‘tax free’ como locas, pero a partir del 15 nada, o muy poco», asevera. También le falta ese 30% para recuperar el estado prepandémico. Aunque las rebajas suelen empezar después de Nochebuena, este año los comerciantes han preferido aguantar. Los problemas de suministros y de importación, los créditos ICO por devolver, el miedo de los compradores... Este es el único dato que maneja Cocem: los cerca de 90.000 comercios de la Comunidad de Madrid aún se mueven, en términos generales, un 30% por debajo de la facturación de 2019. Pero ni siquiera sendas cifras son fiables, insiste el presidente de la asociación, que durante su comparecencia en la Asamblea regional el pasado noviembre reclamó un observatorio para poder trabajar con datos objetivos. Un año más, Rodríguez nada en la incertidumbre: «Lo más que se puede aspirar es a salvar los muebles y esperar que lleguen tiempos mejores».
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