Volvió al fútbol Vinicius y los aplausos atronaron en la grada al mencionarse su nombre por megafonía un cuarto de hora antes del partido. Después, a la hora de la verdad, el chico respondió a las palmas con dos goles y su repertorio de regates y escapadas por la banda, maniatado en muchas ocasiones por los adversarios, pero es imparable, un espectáculo. El brasileño es distinto, todo lo que hace es espectacular, hasta los errores en los pases. El chaval es un extremo con las viejas virtudes del extremo, un delantero de banda izquierda que regatea con la cintura sin tocar el balón, como hacía Paco Gento. Un exterior que entra hacia el interior y crea jugadas como en la que Modric estrelló la pelota en el larguero. Todo lo que hace el zagal genera peligro y levanta pasiones en las gradas del Bernabéu. Faltó Vinicius en el Coliseum de Getafe y el Real Madrid continuó de vacaciones, como dijo Ancelotti. Estuvo ausente en El Collao y el líder ganó sin jugar bien. Guste o no, el suramericano es fundamental en el esquema del italiano ¿Por qué? Porque tiene libertad total de movimientos, cosa que no tenía con Zidane, y esa liberación le permite sacar todo su talento, apoyado en una velocidad supersónica. «Estoy feliz porque el Bernabéu se levanta a aplaudirme, feliz por jugar al lado de estas leyendas», manifiesta el brasileño; «somos favoritos en teoría ante la Supercopa, pero solo en teoría, hay que demostrarlo en el campo», señaló Ancelotti Sus combinaciones con Benzema son magia. El francés aprovechó la velocidad de la gacela brasiléña, que siempre rompió la defensa rival cuando penetró en el área. Vinicius fue una preocupación latente para el Valencia, que protestó sobremanera el error de Hernández Hernández al señalar el penalti a Casemiro. El centrocampista se resarció así de su actuación en el peligro del alambre, a punto de ser expulsado por dos tarjetas al enfrentarse al colegiado con aspavientos. Aspavientos hizo para provocar la pena máxima y engañar al árbitro. El enfrentamiento entre el Real Madrid y la escuadra valenciana siempre es caliente y polémico. Era el día de los brasileños y Militao también fue amonestado en un partido áspero en las dos áreas. Pero los mejores fueron Vinicius en ataque y Modric en la construcción, jaleado igualmente por el público. El brasileño siempre espera los segundos tiempos para rematar al enemigo con su ‘reprise’. Le agarraban del cuello para frenarle. Y rápidamente anotó el segundo tanto del encuentro en otro de sus enlaces con Benzema. Con la doble ventaja, el líder se movió a placer y el chaval firmó también la tercera diana del partido. Suma ya doce goles en Liga y catorce en el curso. Es el segundo artillero del líder, superado por el francés, que alcanzó ayer los 17 en el campeonato, los 22 en la campaña y los 301 en el club, tras firmar el cuarto. Su objetivo es alcanzar los 308 de Di Stéfano y los 323 de Raúl. Todo el fútbol de los blancos se cargó sobre el flanco de Vinicius, porque su daño al oponente era atroz. Cada carrera era una acción de gol. Era lo fácil, lo lógico, lo inteligente, explotar a la gacela. Ahora incluso defiende relativamente bien, una parcela oscura que nunca ejerció en el fútbol de su país. Va a renovar por seis años y a duplicar su salario. Se lo ha ganado. Bordalás, técnico del Valencia, fue rotundo en las quejas por el penalti: «Es inexistente y el árbitro puede no verlo, pero me sorprende que el VAR no lo señale. Fue una jugada importante, pero no pongo excusas porque nos hicieron cuatro goles y así no podemos seguir».
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