viernes, 24 de diciembre de 2021

Ancelotti, el pacificador tras el tsunami

Es el entrenador perfecto para dirigir un monstruo como el Real Madrid. Su experiencia, su facilidad de adaptación y el conocimiento de la casa fueron clave en la decisión de Florentino Pérez, que le pidió la renovación paulatina del equipo y el protagonismo de Vinicius y Rodrygo como arietes de la necesaria inyección de juventud en el esquema titular. El italiano la ejecuta con diferentes velocidades a expensas del rendimiento de los consagrados. Hijo de un granjero, Ancelotti está acostumbrado a las duras y a las maduras, a soportar los cambios del clima y es lo que hace en el fútbol. Sabe lidiar las etapas de vino y rosas y las fases críticas sin perder el norte. Tras la marcha convulsa de Zidane, con una carta cruda e inesperada, el italiano volvió para pacificar el tsunami. Ha sido jugador y entrenador de dos grandes de Europa, el Milán y del Real Madrid. Ha dirigido al PSG, al Chelsea, al Bayern. Y su experiencia y altura de miras le hicieron adaptarse muy bien a lo que significa el Real Madrid. Son esas capacidades y una modernización técnica que no tenía hace seis años las razones que llevaron a Florentino Pérez a recuperarle para la causa. El presidente le pidió que realizara la renovación que necesita el equipo de manera paulatina y que hiciera de Vinicius, Rodrygo y Militao tres futbolistas titulares. Zidane pensó que él no era el hombre adecuado para llevarla a cabo, por sus lazos emocionales con la mayoría de los jugadores, con los que ganó todo. Su sucesor la ha hecho y la hará. Carlo dio un salto adelante en la Premier que pretende ejecutar en el conjunto madrileño. La dirección deportiva lo aplaude. Opina que el fútbol vive una revolución y destaca que cada vez es más físico, con hombres de potencia que no te dejan sacar el balón jugado porque presionan desde arriba. Un fútbol definido por los Camavinga y los Valverde. Su reto es implantarlo, mientras Modric y Kroos brillan como los últimos mohicanos de un estilo que, nos guste o no, fenece. Ancelotti ha venido a adaptar al Real Madrid a ese fútbol de gladiadores sin perder la esencia de la calidad. El presidente madrileño está contento con Ancelotti porque no tiene que decirle nada en comportamientos y dirección de grupos como el madridista. Lo que el dirigente de la entidad exige es resultados y saber cambiar cuando las cosas no funcionan, sin aferrarse a futbolistas que no rinden. Hay que saber decir no y cambiar, por doloroso que sea para ciertos profesionales. Hazard, Marcelo, Isco y Bale son buenos ejemplos. Los pétalos deshojados por el italiano en la margarita blanca son muchos. La explosión de Vinicius es culpa suya. Le ha dado al brasileño la confianza que necesitaba para que marque goles sin sentir una obsesión que le torcía la mirilla en la era Zidane. Explicó al chaval que cuando se encuentre ante el portero dispare inmediatamente con su primera decisión de remate y no dude sobre otras opciones. Mano de santo. Hoy, el extremo no se lo piensa, chuta a la primera y los goles anotados esta temporada le han otorgado la confianza que buscaba. La evolución de Rodrygo también es una actuación para apuntarla en la cuenta de Carletto. El muchacho se ganó la titularidad y fueron las lesiones la razón de su relevo constante con Asensio, quien ha mejorado el rendimiento al ver las orejas a los dos lobos brasileños. Militao ya se ganó el puesto en la campaña anterior, por las lesiones de Ramos y Varane, y hoy es titular fijo sin importar quien esté en la plantilla. Su nuevo jefe le ha convertido en el líder de la defensa. Asignaturas pendientes La inclusión de Valverde y Camavinga son las otras misiones encargadas por la dirección deportiva. Ha sido el rendimiento ascendente de Kroos, Modric y Casemiro la razón de una rotación más lenta, porque el triunvirato ha recuperado los niveles de antaño. Ancelotti les dice a los dos jóvenes «piano, piano». El desgaste de los veteranos les otorgará los minutos que no les llegaban hasta ahora. En San Mamés vivieron un protagonismo que se consolidará en enero con partidos de Liga, Copa y Supercopa de España cada tres días y la Champions en febrero. La rotación será total. El técnico cometió el error hace siete años de no creer en su banquillo madridista y agotar a sus titulares en la segunda parte del curso tras sumar 22 triunfos consecutivos en la primera. Es cierto que Modric se rompió, pero no supo repartir esfuerzos. Hoy está obligado a ello y el resultado actual de su gestión, con baches, es el liderato en la Liga y el pase a octavos de final de la Champions. El PSG le examina. Pocas críticas pueden hacerse al «allenatore». Comete errores, pero su mano izquierda es un descanso para la cúpula. Hace un año, por estas fechas, Vinicius había salvado el gaznate a Zidane con su gol en Sevilla y el triunfo en la última jornada de la fase de grupos de la Champions, que dio al Real Madrid el primer puesto. Hoy, el club vive más tranquilo con Ancelotti, por muchas veces que levante la ceja.

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