miércoles, 29 de diciembre de 2021

Se confirma la grave lesión de Ricky Rubio, que dice adiós a la temporada

Apenas quedaban un par de minutos para el final del partido ante los Pelicans cuando la rodilla de Ricky Rubio dijo basta. Llevaba por entonces 27 puntos, 13 rebotes y 9 asistencias el español, líder total de los Cavaliers, cuando le falló la articulación. De nuevo la pierna izquierda, igual que en 2012 cuando acababa de aterrizar en la NBA. Sus gestos de dolor y la cara de preocupación de sus compañeros no auguraban nada bueno. Tras una primera exploración que ya anunciaba malas noticias, las pruebas que le realizaron a lo largo del día de ayer confirmaron los peores pronósticos: rotura del ligamento cruzado anterior que le obliga a decir adiós a la que estaba siendo su mejor temporada en la liga americana. Después de pasar por cinco vestuarios de la NBA en tan solo dos años, Ricky Rubio había encontrado por fin un lugar tranquilo para desarrollar su baloncesto. Los Cavaliers, donde había acabado casi de casualidad, le habían brindado un proyecto cargado de futuro donde el español había encajado a la perfección. Primero como mentor de los más jóvenes, papel en el que se sentía muy cómodo, y después, tras las lesiones de Sexton y Garland, asumiendo la titularidad y llevando al equipo hasta los puestos de playoffs. Una posición impensable hace solo unos meses, cuando la franquicia de Cleveland luchaba por escapar de las últimas posiciones de la tabla.<blockquote class="twitter-tweet"><p lang="und" dir="ltr"><a href="https://t.co/i8IgBXXcsc">pic.twitter.com/i8IgBXXcsc</a></p>&mdash; Cleveland Cavaliers (@cavs) <a href="https://twitter.com/cavs/status/1476320108083621906?ref_src=twsrc%5Etfw">December 29, 2021</a></blockquote> <script async src="https://platform.twitter.com/widgets.js" charset="utf-8"></script> El español se había adaptado muy bien al vestuario de los Cavaliers, donde todos lo veían como un líder natural. Incluso veteranos como Kevin Love mostraban tras el partido su tristeza por la lesión del base. «Estamos desolados por él. En este equipo estamos tan unidos, que es como si cayera un miembro de tu familia. Nos duele a todos. Duele que se lesione cualquiera, pero todavía más alguien como Ricky, que nos da tanto en tantos sentidos», explicaba el pívot, compungido. Segunda lesión grave Era tan feliz Ricky en Cleveland que su baloncesto, además de alegre, se había convertido en efectivo. Había reducido al mínimo las pérdidas, al tiempo que estrechaba su idilio con el aro. Más de 13 puntos de media con el mejor porcentaje exterior de su carrera (34%) a los que añadía 6,6 asistencias y más de 4 rebotes por partido. Números que le situaban entre los aspirantes para el próximo All Star y que le hacían aparecer en el radar de las mejores franquicias para el próximo verano, cuando será libre para elegir destino. Ilusiones que se truncaron con esta nueva lesión que da por acabada su temporada y que complica ese futuro a corto plazo. No será fácil para Rubio encontrar un buen contrato, pues las franquicias de la NBA miran con lupa a los jugadores reincidentes en este tipo de dolencias. Ricky, que ya sufrió una lesión similar en su primer año en la liga, tardó entonces en reencontrarse con su mejor juego, aunque es precisamente esa experiencia del pasado la que le da esperanzas para poder regresar a su nivel actual. A sus 31 años aún le queda baloncesto por delante.

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