Después de una negociación in extremis, el ayuntamiento vizcaíno de Durango, de 30.000 habitantes y gobernado por una coalición EH Bildu-Podemos, ha logrado sacar adelante los presupuestos para 2022 gracias a la abstención de los socialistas vascos. Es la primera vez que el PSE, tras el cambio de rumbo de la izquierda abertzale, apoya un pacto de izquierdas en una institución de relevancia en detrimento del PNV. De hecho, el PSE dudó hasta el último momento. Hasta el pasado miércoles el Gobierno municipal solo estaba dispuesto a aceptar dos de las 14 enmiendas presentadas por los socialistas. Fue finalmente la mediación de Podemos la que propició la incorporación de nueve enmiendas más a cambio de la abstención del PSE en el pleno de este lunes. «Es evidente que caminamos hacia una nueva gestión municipal más social y que mejora la calidad de vida», valoraban desde el partido morado. «Las cosas van cambiando», se felicitaba en Twitter la alcaldesa de Durango, Ima Garrastatxu (EH Bildu) tras cerrar el acuerdo presupuestario. «La gente quiere acuerdo entre diferentes que hagan mejorar sus vidas», añadía. Y la satisfacción era extensiva a las otras dos formaciones firmantes del acuerdo presupuestario. En un comunicado conjunto admitían que este acuerdo entre diferentes «supone una mejora» para los vecinos, que merecen que los representantes políticos actúen de una forma «seria, realista y propositiva». «No son nuestros presupuestos, pero hemos actuado como oposición responsable», reconocía Jesica Ruiz, la portavoz socialista, en el pleno. Pero lo cierto es que se trata además de un pacto que trasciende la mera política municipal. Es uno de los primeros acuerdos de calado entre los socialistas y la izquierda abertzale tras la llegada de Eneko Andueza a la secretaría general. Se produce además después de los múltiples gestos realizados por la izquierda abertzale como el apoyo a los Presupuestos Generales y autonómicos, la renuncia a los ongi etorri y el paso a un lado del histórico dirigente de Batasuna Rufi Etxebarria. Fuentes socialistas lo encuadran dentro de la lógica de los «pactos de gestión» municipales, pero lo cierto es que el PSE contradice la política de acuerdos que viene realizando hasta ahora con los nacionalistas vascos. Que sea en el Ayuntamiento de Durango resulta especialmente simbólico. Se trata de uno de los diez municipios más poblados de Euskadi, excluyendo sus tres capitales. Además, el consistorio había estado gobernado por el PNV desde 1979 hasta que en las últimas elecciones municipales un pacto Bildu-Podemos les arrebató la alcaldía. No es la primera vez que Bildu y PSE juntan fuerzas para apoyar unos presupuestos municipales. Ocurrió hace un año en los ayuntamientos de Irún y de Eibar, también entre los más poblados del País Vasco. Sin embargo, en aquella ocasión el pacto fue a la inversa. El alcalde de Irún, José Antonio Santano (PSE), fue uno de los primeros en lograr el apoyo de Bildu, aunque los presupuestos municipales finalmente se aprobaron por unanimidad del pleno. El eibarrés Jon Iraola, igualmente socialista, también logró el apoyo de la izquierda abertzale, aunque en aquella ocasión lo hizo con la abstención del PNV y sin el apoyo de Podemos.
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lunes, 20 de diciembre de 2021
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» El PSOE avanza en su acercamiento a Bildu y pacta las cuentas de un gran municipio, Durango
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