domingo, 19 de diciembre de 2021

Isidre Esteve: «No me gusta quejarme, me siento muy afortunado»

Todo aquel que le conoce bien dice lo mismo: Isidre Esteve es una persona que se hace querer. Destacan de él su trato exquisito, su cercanía, su entusiasmo al explicar las cosas… Más allá de su carácter, subrayan su increíble capacidad para sobrellevar la discapacidad, de retarse a sí mismo frente a todas las dificultades. De convertir en normal aquello que para otros es extraordinario. Él escucha y casi se sonroja. No le gustan tantos elogios. «En realidad es fácil porque hago lo que más me gusta», explica a ABC. «Y encima, a veces, con unos tiempos increíbles. Al final se trata de esto. Soy un privilegiado por tener a un equipo formidable y a unos patrocinadores que confían en mí». Estos días apura los preparativos para iniciar su decimoséptimo Dakar. Los diez primeros los hizo en moto. Desde su fatídico accidente en la Baja Almanzora de 2007, que le paralizó el cuerpo de torso hacia abajo y le postró en una silla de ruedas, corre en coche. Para la próxima edición volverá a utilizar el Toyota Hilux preparado por Overdrive que estrenó el pasado año. Las expectativas son bastante más amplias: «El coche es fantástico, pero al anterior Dakar llegamos con muy pocos kilómetros. Esta vez hemos podido trabajar en él desde principios de temporada y hemos llegado al punto en el que ya sabemos todo lo que funciona y lo que no, además de qué es lo que mejor se adapta a mí». Sin fallos mecánicos de por medio, tiene claro que su posición natural está entre los veinte mejores. «El Dakar ha cambiado mucho, ahora hay muchos equipos oficiales y un montón de pilotos profesionales. Nuestra mentalidad será la de ser competitivos cada día». Un Dakar diferente Esteve es todo un veterano. En mayo cumplirá 50 años y sus aventuras en el Dakar dan para escribir varios libros. Los ha conocido todos, el africano, el suramericano y, ahora, el de Arabia Saudí. No tiene dudas de que la épica y el embrujo de África no se volverá a lograr. «El Dakar ha cambiado y la sociedad ha cambiado. En África era una prueba mítica, una aventura. Ibas a un continente que está aquí al lado, pero que desconocemos casi por completo. Te llevaba por sitios a los que ahora por seguridad no se puede entrar, como es el centro de Mauritania. El Dakar de ahora es pura competición y ese espíritu épico lo ha perdido un poco. Tampoco la sociedad actual permite ciertas cosas. Ahora tu no puedes decir al final de una etapa que de doscientos pilotos han llegado veinte y que no sabes dónde está el resto. Hoy en día dices esto y te llaman irresponsable. Antes era la épica del Dakar…». Un equipo completo La preparación del Dakar es uno de los motores de su vida, pero asegura que no tendría sentido si no lo pudiera hacer rodeado de su equipo de confianza, donde sobresalen Lidia Guerrero, su pareja y fisioterapeuta, y Txema Villalobos, su copiloto. «Lidia es la seguridad de saber que donde no llegue yo, va a estar ahí para ayudarme. No hay nada más importante que eso. Cuando me proponen cualquier cosa mi primera pregunta es si ella va a estar conmigo hasta el final. Si es así, no dudo». Con Villalobos la relación también es estrecha. Llevan juntos desde aquella primera participación en coches en 2009 y han tenido que adaptarse a trabajar de una forma diferente a los demás: «Lógicamente, los problemas nos afectan de otra manera. Si nos quedamos enganchados en la arena, si hay un pinchazo o un problema técnico yo no me bajo del coche. Es Txema quien hace todo. Para mí esos son los peores momentos, porque no puedo ayudar. Yo me tiraría del coche, pero lo único que puedo hacer es abrirle una botella de agua por si tiene sed…».«Para mí es importante estar en la salida y tener al lado a Sainz, a Peterhansel o a Nani Roma, saber que voy a hacer su misma etapa» La dureza extrema del Dakar es incluso peor para alguien que, como Esteve, tiene su movilidad tan limitada. Pero pese al hándicap, Esteve es reacio a los lamentos: «Hay muchas situaciones que nos penalizan bastante, pero no me gusta hablar de ello porque no me gusta quejarme. Ya he dicho que me siento afortunado. Siempre lo digo, si hubiese una categoría especial para que yo corriera no vendría al Dakar. Los digo con respeto a los paralímpicos y a las categorías especiales que hay, que hacen una gran labor. Pero siendo honesto conmigo mismo, si estuviera en esa posición no lo haría. Para mí es importante estar en la línea de salida y tener al lado a Sainz, a Peterhansel o a Nani Roma, saber que voy a hacer la misma etapa que ellos, que me voy a encontrar las mismas dificultades y que al final del día apareceré en la misma clasificación que ellos. Si he tardado cincuenta minutos más, pues perfecto. Ya sé dónde estoy». Esteve revela con orgullo que no hace planes para el futuro, solo vive para cumplir en el presente todo aquello que se propone. Pero sabe que aún le quedan muchos sueños por cumplir. «Los iré descubriendo poco a poco, eso es lo mejor».

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