Una mascarilla, un tampón usado, un vaso de cubata y varias pintadas de gusto cuestionable ‘decoran’ uno de los dos nidos de ametralladora de hormigón armado de la Dehesa de Navalcarbón. Pese al cartel que acompaña a la estructura, no todos los visitantes saben de su importancia. O lo que es peor: la conocen, pero no la respetan. Este y otros diez fortines de la Guerra Civil, levantados por el bando republicano en las postrimerías de la contienda, fueron recuperados cuatro años atrás por la Comunidad de Madrid tras casi ocho décadas de abandono. Ahora, el aumento del botellón superado el toque de queda y ciertos comportamientos incívicos, amenazan de nuevo los tesoros que presenta el mayor pulmón de Las... Ver MásDe España https://ift.tt/3ydCzZ0
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