viernes, 30 de julio de 2021

Niyonsaba, de inspiración a pesadilla

Francine Niyonsaba es una de las grandes atletas africanas del mediofondo. Natural de Burundi, en su palmarés aparece una medalla de plata olímpica en los Juegos de Río de 2016, tras Caster Semenya (oro) y por delante de Margaret Wambui (bronce). Un podio histórico no solo por el aspecto olímpico, sino porque las tres atletas se vieron afectadas de lleno por las normas de la World Athletic, que les obligó a elegir entre dos opciones para seguir compitiendo. O se trataran médicamente para evitar su producción natural de testosterona excesiva, o daban el salto a distancias de fondo, donde se supone que esa segregación superior no aporta ventajas frente a otras mujeres. El caso de Semenya y su cruzada en los tribunales es muy conocido, pero no tanto el caso de Francine Niyonsaba, que decidió que ella no se trataría porque «no elegí nacer así, y me gusta como soy». Plata en Río y en el Mundial de 2017, y dos veces campeona mundial de pista cubierta en los 800 metros, tomó por tanto la vía de la competición y anunció que daría el salto al 5.000 para tratar de ganarse la plaza en los Juegos de Tokio. Y lo logró. Niyonsaba, de 28 años, tomó ayer parte en las semifinales de 5.000 metros tras hacer en Montreal 14.54:00, muy por debajo de los 15.10 que le pedían para estar en Japón. Y no solo eso, la atleta de Burundi, muy activa en su serie, logró su pase a la final, por lo que en la zona mixta declaraba que «quería estar aquí y ser una imagen que inspire a las niñas como yo, especialmente en las niñas de África». Pero el drama de la africana respecto a los Juegos y la World Athletics no había terminado. Mientras atendía a los medios en la zona mixta, detrás de ella aparecieron en una pantalla los resultados, y en la última línea aparecía Francine Niyonsaba como descalificada. Un detalle que ella no apreció al estar de espaldas a la imagen, pero sí un periodista que le preguntó al respecto. Extrañada, respondió que a ver de qué estaba hablando. Cuando se volvió y miró el monitor, su gesto de desconcierto absoluto la llevó a emprender un recorrido por las entrañas del estadio en busca de ayuda, alguien de la delegación de Burundi que la socorriera y la ayudara para revisar una descalificación por pisar la zona interior de la cuerda durante la serie de 5.000 metros. Esta mañana, Niyonsaba se ha desahogado en las redes sociales. «Mi sueño de estar en la final ha sido destrozado. ¿Dónde está el líder del equipo de Burundi cuando más le necesitaba? El equipo estadounidense del relevo mixto fue descalificado y lograron revocar la decisión. ¿Por qué no hicieron lo mismo por mí? Ahora mismo me siento muy sola. Burundi necesita nuevos líderes deportivos, y los necesita ya por el bien del deporte en nuestro país». Su ejemplo de superación no le ha servido para pelear por las medallas, la pesadilla continúa.

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