He venido al Salón del Prado. La ocasión lo merecía. He llegado por la calle que antaño era camino del atochal que daba nombre a toda esa glorieta, que acaba en el santuario de la Virgen de Atocha, junto al desconocido Panteón de Hombres Ilustres. Admirando aquello vi un hombre de buena planta. Bien perfumado y barba recortada, que tenía toda la pinta de hipster del barrio de Maravillas. De ojos azules y tez blanquecina. Ensimismado mirando el nombre de aquella plaza, y riendo por lo bajo. Al verme que le veía, se disculpó como por haberle pillado in fraganti, diciéndome mientras me cogía el bracete, «perdone que me tome por loco por verme así reír, pero si viera mi... Ver Más
De España https://ift.tt/3l4Wbee
0 comentarios:
Publicar un comentario