miércoles, 28 de julio de 2021

Madrid pone coto a las cocinas fantasma al limitar su superficie a un máximo de 350 metros cuadrados

A finales del año pasado, los vecinos de cuatro calles del barrio de Prosperidad se opusieron al levantamiento de 38 cocinas fantasma en su patio de luces. En abril, padres de 700 niños del CEIP Miguel de Unamuno se rebelaron por el mismo problema, la construcción de 12 restaurantes virtuales a las puertas de su colegio. El ajetreo de decenas de fuegos y sus respectivos repartidores también asola desde hace meses varias calles de Tetuán. La guerra vecinal se ha desatado en los rincones residenciales de Madrid donde estos locales que preparan comida a domicilio, sin mesas ni camareros, han ocupado bajos y patios. Unas semanas después de anunciar que tomaría cartas en el asunto, el Ayuntamiento ha puesto coto a su funcionamiento. Las cocinas fantasma jugarán con nuevas reglas urbanísticas. El Área de Desarrollo Urbano ha limitado su superficie a un máximo de 350 metros cuadrados en los locales de uso terciario, es decir, en los bajos comerciales de bloques residenciales. Un espacio que, según calculan en Cibeles, solo permitirá la actividad de seis cocinas a lo sumo. Por otro lado, las nuevas licencias exigirán un estudio de la repercusión en el entorno, que medirá su impacto medioambiental, en la calidad del aire y en la movilidad de la zona. El objetivo es que estos fogones en alquiler, negocio redondo de hosteleros y potencial perjuicio de vecinos, se instalen en polígonos industriales, donde no cuentan con limitaciones ni causan molestias. Las mismas normas se aplican además a los locales de logística y de almacenaje de reparto a domicilio. Luz verde al avance Las restricciones a las «cocinas agrupadas», la denominación municipal, es uno de los cambios incluidos en el avance de la modificación urbanística del Plan General de Ordenación Urbana que se aprobará hoy en la Junta de Gobierno. Tras un año y medio de revisiones, se trata del primer paso —aprobación inicial— para mejorar y simplificar las reglas escritas hace ya 24 años. Para la aprobación definitiva, antes de pasar el visto bueno de la Comunidad de Madrid, habrá que esperar al primer trimestre de 2022. No obstante, en dos semanas se publicará en el Boletín Oficial del Ayuntamiento (BOAM) y, desde entonces, se suspenderán las licencias urbanísticas a las cocinas fantasma, en principio, durante un año (y prorrogable uno más) hasta que sea efectiva la modificación. A las 10 concedidas hasta la fecha no les afecta la norma; las nuevas deberán cumplir con las inspecciones y ordenanzas pertinentes.

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