
El gabinete del presidente del Gobierno es un universo insondable. La superestructura de poder que Pedro Sánchez ha adjudicado a Iván Redondo, una suerte de primer ministro en la sombra, sin auténtico control democrático, sigue rebasando todos los límites jamás conocidos en La Moncloa. Su oficina económica será la encargada de centralizar el reparto de los millonarios fondos europeos para la reconstrucción, el suculento botín que Sánchez ya está ofreciendo en su gira autonómica iniciada el jueves en Valencia. Aunque PSOE y Podemos han vetado su comparecencia en el Parlamento para explicar las cuentas. Además, esta semana se ha autorizado, vía BOE, la creación de un comité gubernamental que contrarrestará las «campañas de desinformación». Un orwelliano «Ministerio de la Verdad»,...
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