jueves, 26 de noviembre de 2020

Ciudadanos dice «no» a los Presupuestos tras desechar Pedro Sánchez su alternativa

Inés Arrimadas despejó ayer la «x» de la ecuación presupuestaria: Pedro Sánchez aprobará los Presupuestos Generales del Estado (PGE) con el respaldo de ERC y de EH Bildu, a pesar de que ha contado hasta el final con una alternativa a su derecha. La presidenta de Ciudadanos (Cs) anunció el «no» definitivo de su partido a las cuentas estatales, después de meses con la mano tendida al Gobierno. La obcecada tenacidad de los liberales para negociar los Presupuestos, contestada externa e internamente, demuestra sin embargo que Sánchez ha optado por entregar la gobernabilidad de España a los separatistas incluso pudiendo evitarlo. «Los votos de Bildu y ERC no solo son éticamente reprobables; es que son aritméticamente innecesarios», aseveró ayer Arrimadas en la rueda de prensa en la que avanzó su voto negativo, y en la que remarcó que existía una suma alternativa. No en vano, los votos de PSOE, Unidas Podemos, Cs, PNV y un puñado de partidos minoritarios rebasaban ya la mayoría absoluta. Ni la abstención de republicanos y «abertzales» era indispensable. «Sánchez ha preferido coger la mano de [Arnaldo] Otegui y de [Oriol] Junqueras en vez de la de un partido moderado», insistió Arrimadas, quien aludió en su discurso a los votantes socialistas desencantados y «huérfanos», como dijo sentirse ayer el expresidente Felipe González. La líder de Cs repasó las promesas incumplidas por Sánchez, como que no «dormiría tranquilo» con Podemos en su Ejecutivo, que no permitiría que la gobernabilidad recayese sobre independentistas o que «nunca» pactaría con los herederos de la ilegalizada Batasuna. Tres razones para el «no» Las «contrapartidas intolerables» al separatismo, dijo Arrimadas, fueron uno de los tres motivos para que Cs se descolgase ayer, a una semana de la votación en el pleno del Congreso. Las otras dos razones son la ausencia de reformas en consonancia con lo que marca la Unión Europea y que el Ejecutivo no aceptase en la Comisión de Presupuestos las dos «líneas naranjas» irrenunciables para Cs: conceder ayudas a fondo perdido a pymes y a autónomos y reconocer la baja laboral a los padres al cuidado de niños en cuarentena por Covid. Lo único que consiguió Cs en la Comisión de Presupuestos fue la implementación de la tarjeta sanitaria única, que se une a las medidas ya conseguidas en el proyecto inicial a cambio de no respaldar ninguna enmienda a la totalidad. Pero esas cuestiones, insuficientes, lo único que han logrado, en palabras de Arrimadas, es que los Presupuestos no sean «aún peor». El partido evitó la ruptura con la exclusión del castellano en la «ley Celaá» o con el preacuerdo anunciado por ERC el martes. Solo la consumación de las alianzas del Gobierno en la votación de la ponencia hizo ayer a Cs confirmar su «no» final. Había una alternativa y fue Sánchez quien le cerró la puerta.

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