
Hay hombres a los que les cuesta digerir el éxito de una esposa con el aura de una súper estrella. No es el caso de Douglas Emhoff, el mayor entusiasta de Kamala Harris, la flamante vicepresidenta electa de Estados Unidos y quien ha hecho historia al convertirse en la primera mujer (de color, además) que ocupará el cargo. Para muestra basta su primera imagen tras proclamarse la victoria demócrata: la del abrazo a su mujer en pleno campo, mientras ambos eludían la tensión con una sensión de deporte. Horas después, un radiante Emhoff hacía su entrada sobre el escenario montado para celebrar la victoria en Wilmington (Delaware), caminando junto a la nueva y admirable primera dama electa, Jill Biden. Emhoff parecía algo nervioso, tirando del dobladillo de su chaqueta. Luego abrazó a Harris, le dio un beso rápido y la pareja saludó a las cámaras. Cuando Joe Biden, el ya presidente electo , presentó a su segunda en el gobierno de EE.UU., le dijo a Emhoff: «Doug, vas a tener que aprender tú mismo lo que significa romper barreras». Para este abogado de 55 años, natural de Los Ángeles, el viaje en el que se ha visto inmerso por la fulgurante carrera política de su mujer ha sido toda una sorpresa. Emhoff reside desde su juventud en Brentwood (California), donde ha visto crecer su perfil profesional a nivel nacional. De hecho, tiene un club de fans propio: #DougHive, mayormente formado por mujeres encantadas con la novedad de ver a un hombre tan bien acomodado en su papel de copiloto. Con más de medio millón de seguidores en Twitter, Emhoff se identifica como «padre, esposo de @KamalaHarris, abogado, aspirante a golfista, defensor de la justicia y la igualdad». Basta ver la admiración que siente por Kamala Harris en una simple pegatina, que ha lucido en su teléfono móvil con la frase: «El lugar de una mujer está en la Casa Blanca».<blockquote class="twitter-tweet"><p lang="en" dir="ltr">While I may be the first, I won’t be the last. <a href="https://t.co/R5CousWtdx">pic.twitter.com/R5CousWtdx</a></p>— Kamala Harris (@KamalaHarris) <a href="https://twitter.com/KamalaHarris/status/1325285369609416706?ref_src=twsrc%5Etfw">November 8, 2020</a></blockquote> <script async src="https://platform.twitter.com/widgets.js" charset="utf-8"></script> Un romance de película Emhoff y Harris se conocieron hace siete años y el suyo fue un romance que parece escrito por un guionista de Hollywood. Él era un padre divorciado con dos hijos que dirigía el respetado bufete de abogados en el distrito angelino de Century City, donde se encuentran los estudios Fox, con más de 60 letrados. Judío nacido en Brooklyn, se mudó a California cuando era adolescente. Tras estudiar en el colegio Agoura High School y la universidad Cal State Northridge, se graduó finalmente en Derecho por USC. Emhoff es un experto litigante en el universo de Hollywood: disputas de propiedad intelectual, publicidad falsa e infracción de derechos de autor son sus especialidades. Ha defendido a clientes corporativos de renombre, incluidos Walmart y el gigante farmacéutico Merck, y también fue abogado del Distrito Escolar de Beverly Hills en 2012, cuando demandó a la Administración Federal de Tránsito por el plan de la Línea Púrpura del Metro de Los Ángeles. De carácter amable y paciente, sus clientes admiran su habilidad para pensar siempre en positivo. Su primera cita con Harris fue a ciegas y estuvo organizada por un amigo común. En su libro «The truths we told», Harris narró su primer encuentro. «Estaba en medio de una reunión y mi teléfono no dejaba de sonar, pero después de ignorar varias llamadas de Reginald Hudlin, finalmente le contesté y me dijo que había conocido a un abogado que me podría gustar». En ese momento, Harris tenía 40 años y nunca se había casado. Esa semana, Emhoff le envió un mensaje de texto a Harris desde el Staples Center, donde estaba viendo un partido de Los Lakers. Harris le respondió «¡Vamos, Lakers!», aunque ella es fan de los Golden State Warriors de San Francisco. Finalmente, programaron una cita para ese fin de semana. Y fue un flechazo. «Parecía auténticamente cómodo consigo mismo y me impresionó. Eso fue lo que más me gustó», escribió la vicepresidenta electa. La mezcla de raíces Celebraron su sexto aniversario de boda en plena campaña presidencial. Una boda que tuvo lugar en el Palacio de Justicia de Santa Bárbara y fue oficiada por Maya, hermana de Kamala Harris. En honor a las raíces indias de Harris, colocó una guirnalda de flores alrededor de su cuello. Y Emhoff, que es judío, la celebró en la tradición pisoteando un vaso. En los últimos cinco años, según «Forbes», la pareja ha ganado más de ocho millones de dólares, la mayoría generados por el trabajo de él en Venable y DLA Piper, firma a la que se unió en el 2017. Tienen tres casas, en Brentwood, San Francisco y Washington, D.C. y de su primer matrimonio Emhoff tiene dos hijos: Cole, de 25 años, y Ella, de 21. Llevan los nombre de dos grandes del jazz, John Coltrane y Ella Fitzgerald y a Kamala la llaman «Momala». Con su exmujer, Kerstin Emhoff, productora de los documentales con quien mantiene una relación amistosa. Kamala Harris al lado de su marido, Douglas Emhoff y el presidente electo, Joe Biden - AFP Sobre cuál será su papel en la Casa Blanca como cónyuge vicepresidencial, aún está por definir y tampoco se sabe qué causas querrá defender. Pero sus más cercanos esperan que no sea un mero convidado de piedra. Al cabo, Douglas Emhoff es un hombre inteligente, paciente y muy respetable.
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