
El fortín del estadio Di Stéfano en la última Liga es el lugar donde se comienzan a fraguar los sueños de los canteranos del Real Madrid. Los juveniles, esos chicos que quieren subir al plantel de Zidane y que acaban de conquistar la Champions de su categoría, la Youth League, se esmeran a lo largo de todo el año en el Alfredo Di Stéfano para que Zidane les vea. Antonio Blanco, un medio centro, ya ha entrado en esa lista. Los muchachos del Castilla despliegan en este campo todo su potencial para que el entrenador del primer equipo les lleve a las pretemporadas y les ascienda al primer plantel. Carvajal, Lucas Vázquez, Nacho, Casemiro, Valverde y Mariano se han forjado en este coqueto foro de seis mil espectadores antes de militar en el Real Madrid. Vinicius y Rodrygo disputaron algunos partidos cuando Zinedine no les convocó. El propio Zizou dirigió al filial aquí antes de tomar las riendas del gran caballo blanco. El Di Stéfano tiene la posibilidad de convertirse en un campo de 25.000 espectadores en una cuarta fase de construcción. De momento mantiene los 6.000 asientos Es una sede fetiche, talismán. El equipo está invicto en ella. Ha ganado siempre en este lugar, donde la empresa ganó la última Liga con seis victorias consecutivas en esta hierba, trece goles a favor y dos en contra. El campeón defenderá su título en este césped mientras la pandemia impida el público en las gradas. Benzema ha brillado en este coliseo. Todos han lamentado que Di Stéfano no pudiera verles conquistar el campeonato en el sitio que lleva su nombre. Para los canteranos guarda muchos recuerdos, casi todos buenos, de sus épocas en los dos equipos previos al primer plantel. No pudieron calcular que ganarían la Liga en este sitio. Un sitio que engaña Es un campo que engaña. Los vestuarios son modestos y sencillos, pero el terreno de juego es uno de los mejores de España. Posee la misma calidad que el césped del Bernabéu y es uno de los pocos, como el de Chamartín, que tiene calefacción propia para cuidarlo al máximo nivel. Es una construcción ecológica, muy moderna. La producción de agua caliente sanitaria se logra por medio de paneles voltaicos y el riego se obtiene de la depuración de aguas. Cumple con creces todos los requisitos que exige la Liga, que admitió inmediatamente que se disputara su competición allí. El Real Madrid tiene la opción de hacer obra y rematar un graderío para 25.000 espectadores, pero es un objetivo que se realizaría en una cuarta fase. De momento lo mantiene con sus seis mil asientos. Lo más importante es el significado para el primer equipo. El Bernabeú es el teatro de todos esos sueños de los canteranos madridistas, pero el Di Stéfano es sinónimo de alegría. Para Zidane es inolvidable, porque en este campito tan coqueto comenzó su carrera como entrenador en solitario hace seis temporadas, después de trabajar con Ancelotti. Fue el técnico del Castilla durante año y medio. Carvajal puso la primera piedra de Valdebebas junto a Di Stéfano en 2004 y después de pasar por todas las categorías jugó en este césped tres años en los que puso la semilla de lo que es hoy. La misma sensación tienen Nacho y Lucas. El primer campo de Valdebebas fue su trampolín para alcanzar la meta. Ahora, la pandemia le ha quitado romanticismo a la estancia en este pequeño coliseo. «Antes de un partido no se puede permanecer en los vestuarios más que un tiempo limitado, porque el protocolo del Covid-19 solo nos permite estar tres minutos dentro para ponernos las botas », señala un profesional del club. «Tras el partido, los jugadores tienen tres minutos para ducharse y nunca pueden estar más de seis a la vez», concreta. El coronavirus implica también que Zidane solo pueda estar allí unos minutos con sus pupilos en el descanso. Son normas que no evitan que el Di Stéfano genere sensaciones muy positivas en la plantilla. «Hemos ganado la Liga del coronavirus y eso pasará a la historia», adujo Ramos. La conquistaron en Valdebebas, otro dato histórico. Ahora, el Real Madrid buscará una nueva Liga en este mismo césped. Donde piden jugar de salida en el lado de la derecha, el oeste, para tener el sol de espaldas. Cuando un campo tiene trucos, es que tiene abolengo. El campeón juega en un campo donde siempre ha ganado y es fetiche para los canteranos.
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