Vieja nueva política

Aunque Francisco Igea haya encajado con deportividad, y tal vez con resignación, que tanto él como sus afines hayan sido excluidos del Comité Autonómico de Ciudadanos en Castilla y León, lo cierto es que aunque se pretenda presentarlo así, no parece lo más normal del mundo. Es la escenificación rotunda de quién ganó y quién perdió en la lucha por el control nacional del partido que llevó a Inés Arrimadas a la cúspide. Estamos demasiado acostumbrados a que en los procesos internos de los partidos quién no gana pierde y eso da lugar a una suerte de purga interna donde se trata de borrar todo intento de discrepancia. La historia está llena de ejemplos que no son nada edificantes y que a larga han demostrado que acallar la crítica interna es un error porque desemboca en la adulación, el culto al jefe y una autocomplacencia que no da los mejores resultados. Una cosa es la disciplina, el acatamiento de unas normas internas, y otra muy diferente el ajuste de cuentas, la uniformización y el pensamiento único. Creíamos que esto era cosa de la vieja política, pero los hechos se empeñan en demostrarnos que la nueva, o la mal llamada nueva y que luego resulta ser tan vieja o peor que la existente, solo valora que el poder es el poder y quién manda manda. Es un hecho que Igea ha sido el verso suelto en Ciudadanos, que ha alzado la voz en el momento en el que lo ha considerado oportuno, que su tono no siempre ha sido el más conciliador, que quiso disputarle el liderazgo a la propia Inés Arrimadas, pero no es menos cierto que Igea llevó al partido al Gobierno de Castilla y León, que en él ejerce la Vicepresidencia con protagonismo y personalidad y que es lo más visible de Ciudadanos en Castilla y León. La nueva organización trata de ser salomónica, quitando poder al denominado «grupo de Salamanca» y manteniendo a los más leales en Valladolid, pasando por el lanzamiento de la leonesa Gemma Villarroel. De esta forma se abre una nueva etapa que no será fácil y en la que se me antoja que será muy difícil avanzar sin tener en cuenta a quienes ostentan en nombre del partido la representatividad institucional y dan visibilidad a su capacidad de gestión. Creo que Ciudadanos ha perdido la oportunidad de intentar coser las heridas internas, pero solo el tiempo nos dirá si ha sido lo mismo de siempre.

De España https://ift.tt/3jgWoaf