miércoles, 2 de septiembre de 2020

Reguilón: «Por supuesto que hay vida más allá del Madrid»

Sergio Reguilón, ya con la hora de la comida acortando los plazos de la entrevista, atiende a ABC desde la burbuja de Las Rozas con una frescura que da gusto. Tiene 23 años (Collado Villalba, 16 de diciembre de 1996) y se comporta precisamente como lo que es, un chaval que utiliza muletillas, que recuerda con orgullo sus inicios en el barro del fútbol, que alucina con su progresión meteórica y que aún tiene el subidón del apoteósico final de temporada con el Sevilla y la conquista de la Europa League. Ahora, apenas sin vacaciones, está con la selección española (aún no ha debutado) y nada más que eso le preocupa, aunque es inevitable que no esté un poco pendiente de su futuro porque ni siquiera él sabe dónde jugará. Parece poco probable que se quede en el Real Madrid, al que pertenece, porque Zinedine Zidane considera que tiene bien cubierto el lateral izquierdo con Marcelo y Mendy, pero a Reguilón le sobran novias por todas partes. «No me líes y déjame disfrutar de esto, tío», despeja. Qué año el suyo, ¿verdad? Pues sí, ¡qué año más bonito, macho! La verdad es que fue una decisión muy buena la de ir a Sevilla y acabar el año así, ganando la Europa League y estando con la selección española... Joé, es motivo de felicidad máxima. ¿Se imaginaba que podía salir tan bien, y más en un curso tan complicado y raro como este? Pones todo en global y piensas: ¡madre mía, qué año! Tanto a nivel personal como a nivel colectivo. Si el equipo va bien, tú vas a ir bien. Y estar en la selección ahora es la guinda al pastel, es una pasada. Parece entusiasmado con la selección y con estar ahí en Las Rozas. Como para no estarlo. Yo vengo aquí y disfruto de cada paseo, de cada foto que veo colgada en los pasillos, de cada compañero que veo de la liga italiana o inglesa, del hablar con ellos, comentar el año en el Sevilla... Me gusta muchísimo, hay un buen rollo y una energía tan positiva que es normal que todo el mundo quiera estar aquí, la verdad. Es lo máximo. ¿Qué le ha dicho Luis Enrique? Que sea el jugador del Sevilla, que disfrute y que no haga nada raro ni diferente, que por eso he venido, que sea yo. Me ha sorprendido gratamente. ¿Con 23 años debe incluso imponer decir que es jugador de España? Es entonces cuando pienso que algo he tenido que hacer bien para estar aquí. Hay tantos aspirantes a jugar con España y tan buenos... Lo que hizo fue curtirse en el barro saliendo del Madrid y yendo a jugar al Logroñés. Te podría decir que eso supuso un antes y un después en mi vida. Yo había vivido siempre con mis padres, en Madrid, zona de confort... Y con 18 años, sin el coche como me fui al principio, tuve que aprender a llevar la casa, a comprar pastillas para el lavavajillas, la lavadora... ¡Madre mía! No sabía nada de la vida. Eso me hizo crecer, madurar como persona y también como futbolista. Luego aprendí a competir de verdad, eso hay que valorarlo. Pasé de ser un niño a ser un hombre, y tienes que ser hombre lo antes posible. Y conoció ese fútbol totalmente distinto al que le inculcarían en el Madrid, siendo el mismo deporte. Ahí el jugador, muchas veces, se tiene que ganar la vida con otros trabajos, otro concepto de vestuario. Efectivamente. Ahora me sirve para valorar cada cosa que tengo. Soy una persona que cuando me tumbo en la cama a veces me da por pensar en modo filosófico y me digo: «¡Joé, dónde estaba y dónde estoy ahora!». Todo merece la pena, hay que darle valor a cada cosa porque hace nada estaba jugando en Segunda B. Mira ahora. ¿Es más romántico quizá ese otro fútbol? ¿Más real? A ver, era una ciudad más pequeñita, más cercano todo. En un grande como el Madrid o el Sevilla todo tiene mucha más repercusión mundial, tengo que tener mucho más cuidado con todo. Llega a más público. Pero esa época me sirvió mucho para ver cosas y para progresar. Tanto ha progresado que está con España en un visto y no visto. ¿No le da la sensación de que va todo muy rápido? ¡Sí, tío! Mucho. Por eso te digo que quiero saborear las cosas, macho. Hay gente que me dice que sin darme cuenta, tendré 35. Hay quien dice que esto es muy cansado... Bueno, vale, muy cansado, muchos momentos, viajes... Pero es que es la leche. Merece la pena todo. Tener ilusión, tener ganas, tener ambición, ser profesional... ¿Qué más quiero? ¿Habla de esto con sus amigos? Mis amigos flipan. Llevo con el mismo grupo desde siempre, somos cuatro amigos inseparables. Desde los 3 años íbamos juntos a clase. Siempre han estado ahí, han ido a verme a los sitios, me han ayudado con las mudanzas. Y no ha cambiado mi forma de ser ahora que estoy arriba. ¿Y ahora qué? ¿Dónde va a jugar? Contra Alemania en Stuttgart. Sí, claro, y el domingo contra Ucrania en Valdebebas. ¿Y luego qué hará? Pues tendré una reunión con mis agentes y valoraremos opciones. Yo ya les he dicho que no quiero jaleos, no quiero llamadas pa’arriba y pa’abajo porque tengo que desconectar un poquito. Si estoy en la selección y estoy pendiente de lo que va a pasar después, mal. Estás más pendiente de lo de fuera que de disfrutar de esto, y eso es lo que no quiero. ¿Angustia esta sensación de incertidumbre? Hay que saber llevarla. Al final, puedes estar con el runrún en la cabeza y luego no te entrenas como toca. ¿Le gustaría quedarse en el Real Madrid? Me gustaría jugar, es lo que quiero. A mí me gustaría eso, ser importante, seguir creciendo... Pero cuando acabe todo esto ya valoraremos opciones. ¿Ha hablado con el Madrid? Sí, mis agentes han hablado con ellos. Cuando gané la Europa League mucha gente de la directiva y compañeros también me mandaron mensajes. Bueno, usted ha comprobado que hay vida más allá del Madrid. Por supuesto, y eso lo debe tener claro cualquiera. Yo siempre lo he dicho: en el Sevilla he sido muy feliz, le tengo mucho que agradecer. Es mi casa, pero sí, sí, claro que hay vida. ¿Qué ha aprendido en Sevilla? Muchísimas cosas. Como grupo, ha sido una pasada, y solo los grandes grupos consiguen grandes cosas. Y futbolísticamente he aprendido un montón. Julen Lopetegui me ha enseñado bastante. Cuando coincidimos en el Madrid no jugaba como he jugado con el Sevilla, he tenido ritmo de partidos, he crecido. Estoy muy feliz por él, me emocionó mucho verle llorar. Trabaja muchísimo y le tengo mucho cariño, me dio la primera oportunidad. Al menos habrá aprendido ya a cocinar algo. Te puedo hacer unos macarrones con queso, el pollo al horno me sale bien y poquito más... Comía en la ciudad deportiva y hasta me llevaba la cena. Y si no, pedía sushi, me gusta. Usted usa mucho las redes sociales. ¿Convive bien con los comentarios anónimos y los insultos? Es un arma de doble filo. Una red social mal usada puede hacer mucho daño, pero si la usas bien puedes dar a tu público una visión de cómo eres tú. Pero es verdad que hay que tener mucho cuidado porque hay personas que suben cosas inapropiadas. En las entrevistas anteriores a esta, ¿cuántas preguntas iban sobre Zidane? Casi todas. Y a todas respondía lo mismo... Lo dicho, disfrutar de esto y a ver si debuto con la absoluta.

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