
En el último Comité de Dirección del PP, Pablo Casado pidió a su equipo tranquilidad y serenidad ante la presión que iban a recibir por las noticias relacionadas con la Operación Kitchen . Se avecinaba tormenta y de las buenas, pero el presidente del partido tenía preparada la respuesta. El núcleo duro de los populares cerró filas con su líder y todos salieron de allí con la estrategia muy clara en la cabeza: primero, máximo respeto a la acción de la Justicia, «porque nosotros no somos Podemos»; segundo, dejar claro que la dirección del PP está formada por «una nueva generación» de políticos, que han pasado página de la etapa de Mariano Rajoy y nada tienen que ver con los hechos de la Kitchen; y tercero, subrayar su compromiso con la ejemplaridad con un mensaje rotundo, «quien la hace la paga, sea quien sea». Después de conocer la decisión del juez García Castellón, que ha llamado a declarar como investigado al exministro del Interior Jorge Fernández Díaz, el próximo 30 de octubre, el PP accionó su «protocolo» anticorrupción. Apenas unos minutos después de hacer pública la decisión del juez, Génova anunció la apertura de un expediente informativo contra Fernández Díaz. Es un paso previsto en los estatutos del partido, «en el caso de que un afiliado incurra en cualquier forma de corrupción en el ejercicio de un cargo público o representativo», y sea llamado a declarar como investigado. Si se abre juicio oral, se activaría el expediente disciplinario, y se procedería a la suspensión cautelar de militancia, hasta que haya sentencia firme o sobreseimiento del caso. La rapidez en la respuesta es básica para el mensaje que quiere trasladar el PP, y que no haya duda sobre su compromiso con la «regeneración» del partido y la ejemplaridad. El expediente informativo no supone ninguna suspensión de militancia, pero desde distintos sectores del PP se pidió ayer al exministro del Interior que renunciara de forma voluntaria y cuanto antes a su condición de afiliado, para poner las cosas más fáciles a Casado y a la dirección nacional. El presidente del PP ya actuó en 2019, en sus primeras elecciones generales como candidato a la Presidencia, cuando dejó fuera de las listas a Jorge Fernández Díaz, como número uno por Barcelona, y a Francisco Martínez, candidato por Madrid. Casado consideró entonces que los indicios hacían más que aconsejable tomar esa medida cautelar. Alivio sobre Cospedal En el PP se respiró ayer cierto alivio cuando se supo que el juez había dejado fuera de las imputaciones a la exsecretaria general del partido María Dolores de Cospedal, a pesar de la petición de la Fiscalía Anticorrupción. «Se acota bastante el problema», señalaron ayer fuentes populares. En el PP quieren creer que el caso se debe a la «peculiar personalidad» de Fernández Díaz y confían en que se limite a Interior, sin dar el salto más arriba, y tampoco a la estructura del partido. Casado ha insistido desde el primer momento en que no pasará ni una, y el PP actuará con contundencia cuando se produzca un hecho reprochable. Ahora bien, el líder del PP no olvida la presunción de inocencia y casos como el de Pilar Barreiro, la senadora que tuvo que pasar al grupo Mixto porque fue la exigencia que puso Ciudadanos para negociar los Presupuestos con Rajoy. Unos meses después, el Supremo archivó la causa contra ella. Ahora, recuerdan los populares, Ciudadanos quiere negociar los Presupuestos con un Gobierno del que forma parte Podemos, imputado como partido. Es la «doble vara de medir». «No hay ni un solo motivo para tener dudas sobre Rajoy» La duda ofende en el PP. Cuando se pregunta si el escándalo de la Kitchen «toca» o «puede tocar» a Rajoy, o si existe algún motivo para expresar cierta desconfianza, la respuesta es airada por parte de los populares: «No hay ni un solo motivo para tener dudas sobre Rajoy». Como mucho, admiten que el nombramiento de Fernández Díaz podría quedar, llegado el caso, como «una mancha en su expediente».
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