
Cada vez que el PP tiende la mano al presidente del Gobierno para trazar una gran pacto, la estrategia de Pedro Sánchez se desnorta y acaba contradiciéndose. Esta semana le ha vuelto a pasar tras la última invitación del presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo, a que PP y PSOE busquen un acuerdo de coalición. Sánchez ha acabado admitiendo al periódico italiano «Il Corriere della Sera» que esta vía no entra en sus planes ni lo ha hecho nunca. Y ello a pesar de que siempre ha culpado al líder de la oposición, Pablo Casado, de la falta de acuerdo entre ambos. En una entrevista publicada ayer por el citado diario, el jefe del Ejecutivo critica que «casualmente el PP habla de una gran coalición solo cuando la primera fuerza es el partido socialista» y recuerda el caso de su homólogo heleno. «¿Sabes por qué el PASOK, el partido socialista griego, casi ha desaparecido? Porque formó la gran coalición con la derecha, tal y como Grecia estaba pidiendo», recoge el diario. Críticas de cara al extranjero Con estas reflexiones, Sánchez retrata cuál es su verdadera voluntad de pacto con los populares, aunque una constante de su estrategia es acusarles de no querer pactar con el Gobierno y de buscar la confrontación. Precisamente, el principal argumento que él mismo esgrimió para justificar su «no» a una coalición con el PP -el miedo a que su electorado no comprenda el pacto- es una de las acusaciones que ha lanzado varias veces a Casado en el Congreso. Además, Sánchez volvió a atacar al PP en la citada entrevista. «He buscado la unidad con los gobiernos regionales y los agentes sociales, y lo he encontrado. Lo busqué con los partidos de la derecha, que en cambio vieron en la emergencia la oportunidad de derribar al Ejecutivo. Un enfoque incomprensible», atizó Sánchez, según el diario italiano. «Se le ha caído la careta» Las confesiones del jefe del Ejecutivo no tardaron en provocar la airada reacción de Casado. El líder de la oposición subrayó que al presidente del Gobierno «se le ha caído la careta», le acusó de hipócrita y de mentir a los españoles . «Lo de decir aquí una cosa y luego hacer la contraria se llama hipocresía, en Italia y en España. Y lo de intentar hacer responsables a los demás de las propias decisiones: en este caso de crispar, de confrontar y de no pactar es puro cinismo», abundó durante un acto electoral en San Sebastián, según informa Efe. «Si usted no quiere llegar a acuerdos con el PP, dígalo, es legítimo, y si quiere justificar sus pactos con los nacionalistas y con la extrema izquierda de Podemos, es legítimo. Todo el mundo lo vio, incumplió sus promesas que hizo en el debate electoral. Pero al menos no nos acuse a los demás de hacer lo que está haciendo», criticó. Y es que para Casado, la reflexiones de Sánchez en el periódico italiano prueban, efectivamente, que el jefe del Gobierno no tiene ninguna voluntad de llegar a acuerdos o ni siquiera a una posición común con el primer partido de la oposición. «Por eso, tardó 36 horas en abrazarse públicamente con Pablo Iglesias, cuyo partido es el más radical que forma parte de un Ejecutivo europeo», razonó. «Muchos ya lo sabíamos, pero le agradecemos la sinceridad, aunque sea después de haber tenido que decirlo en un periódico extranjero», continuó. «Resulta que, al final, el antipatriota es él, habla mal de su país en una entrevista en Italia, al menos de la oposición que gobierna en seis autonomías y en miles de ayuntamientos y que supuestamente es la que tiene que remar a favor. Que es lo que estamos haciendo y él niega». Siguiendo este hilo, el presidente de los populares aprovechó para recordar que la portavoz socialista en el Congreso, Adriana Lastra, le insultó varias veces durante los debates de las prórrogas del estado de alarma cuando el PP votaba a favor de las mismas. Así, señaló este episodio como una muestra más de que Sánchez estaba deseando que el PP dejara de apoyarle durante la pandemia, aunque reclamara lo contrario ante las cámaras de televisión. Forzado a matizar Ante la polémica creada, Sánchez se vio obligado a matizar sus palabras durante la rueda de prensa que ofreció junto al primer ministro italiano, Giuseppe Conte, en Moncloa. El jefe del Gobierno intentó quitar hierro a sus reflexiones para aplacar una controversia que se produce en plena recta final para las elecciones gallegas y vascas. Así, dijo no entender el gran revuelo provocado y aseguró estar dispuesto a «grandes acuerdos» con el PP «para la reconstrucción del país». Pero siempre, añadió, que se respete «el lugar donde los ciudadanos han puesto a cada uno con su voto, el PSOE como primera fuerza política, en el Gobierno y el PP en la oposición». Sánchez no quiso ahondar más en el contenido de la entrevista ni justificar por qué acusa de manera constante a los populares de no querer pactar cuando él mismo evita una gran coalición por el miedo a la factura que le pueda pasar en su propio electorado. Lastra ataca Pero aunque Sánchez intentó aplacar la polémica y ofrecer una imagen de moderación, Adriana Lastra no tardó en echar leña al fuego. En un acto electoral en el País Vasco, la portavoz socialista acusó al PP «de no hacer oposición» sino de «socavar las instituciones y la propia democracia», informa Efe. «Lo único que hace cuando hay un gobierno progresista es poner palos en las ruedas y salir a manifestarse contra cada decisión que toma», acusó. «Solo tiene una propuesta para España: atacar al Gobierno», remachó.
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