
Forjar un número uno del deporte no es una tarea fácil. Hay millones de practicantes en todo el mundo y ser el más destacado es casi imposible. Por eso, la motivación y la confianza deben ir parejas a una calidad intrínseca y a una excepcional capacidad de trabajo. «Cuando siendo un niño me dijo "Eduardo, yo voy a ser número uno del mundo" me dejó alucinado –explica Eduardo Celles, su primer entrenador–. No me dijo creo o me gustaría, sino que lo expresó con tanta determinación y claridad que no era una fanfarronada de bilbaino... y mira por dónde, diez años después lo ha conseguido». Esta declaración de intenciones comenzó a tomar forma cuando a los 15 años Jon Rahm ganó...
Ver Más
De Deportes https://ift.tt/30uGLEa
0 comentarios:
Publicar un comentario