jueves, 30 de enero de 2020

Los números que el Barcelona «obliga» a hacer a Griezmann ante la ausencia de delanteros

La ausencia de fichajes para responder a la lesión de Luis Suárez dibuja un panorama como poco comprometido para un Antoine Griezmann que deberá asumir un rol de protagonismo total, Messi mediante, para compensar la cuota de goles perdida con el uruguayo. Por lo pronto, Griezmann se puso manos a la obra en el partido de ayer ante el Leganés. El galo abrió la cuenta para marcar el camino hacia los cuartos de final a los suyos. También lo había hecho en Ibiza, salvador en un aprieto de los gordos para el Barça, 1-0 abajo en el marcador hasta bien entrado el segundo tiempo. Pero hay mucho más en la carpeta de asuntos pendientes que ahora se le apila al ex del Atlético de Madrid. Por lo pronto, y limitando el giro de cuello a lo acontecido el curso pasado, son 38 goles producidos, 25 anotados y 13 asistidos, lo que deberá suplir Griezmann. Por lo pronto, plantados ya prácticamente en febrero, el campeón del mundo está en 15, 11 dianas y 4 pases de gol. La cuesta, por empinada que parezca, lo está poco si se recuerdan las hazañas de Suárez en las temporadas pasadas. La 17-18, el uruguayo se fue hasta los 50 (31+19). En la 16-17, fueron 54 (37+17). Y en la 15-16, la primera completa en Barcelona tras la sanción que disminuyó su aportación el año de su aterrizaje, la friolera de 83 (59+24). De Rodrigo a Boateng La directiva azulgrana, sabedora de que la silueta de Suárez no es una cualquiera, trató hasta el último momento de encontrar un recambio en el mercado de fichajes. Tras Rodrigo, que estuvo a punto de completar su traspaso desde el Valencia pero se cayó a última hora, el Barça maniobró a marchar forzadas en busca de una oportunidad de mercado que nunca emergió como tal. La prioridad, en cualquier caso, era no repetir el fiasco que supuso Boateng. Ese vacío se ahondó ayer más si cabe con la venta de Carles Pérez a la Roma. El canterano partía por detrás de Messi, Griezmann, Dembélé –cerca de recuperarse, es la otra gran esperanza del Camp Nou pese a su hasta ahora errática trayectoria en la Ciudad Condal– y Ansu Fati como opción para la línea atacante y, visto que tampoco era del gusto de Quique Setién, enfiló la rampa de salida en busca de minutos. A la heroica tarea que tiene por delante Griezmann le sentaría de maravilla un giro hacia la sobriedad de su compatriota Dembélé, una (otra) explosión de Fati o un incremento en la contribución anotadora del centro del campo, con De Jong y Arthur destapándose en una faceta que hasta la fecha está prácticamente limitada al empeño de Vidal. Y si no, habrá que volver a mirar a Messi, guardián, un día por unas cosas y al siguiente por otras, del destino del Barcelona.

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