Ya no es el Barcelona aquel equipo que enamoraba hasta el punto de que cualquier futbolista fuera capaz de dejarlo todo para enfundarse la zamarra azulgrana. Ni los actores principales de este deporte se sienten seducidos por el potencial del coloso catalán ni los clubes europeos parecen dispuestos a ceder a las pretensiones de sus mandatarios. El última caso ha sido el de Rodrigo Moreno, delantero escogido para subsanar la ausencia del lesionado Luis Suárez. Las negociaciones se rompieron cuando la el acuerdo estaba cercano. Las pretensiones del Valencia hicieron imposible la llegada del internacional. Anil Murthy se presentó en la Ciudad Condal junto a Jorge Mendes para solicitar 60 millones de euros por su futbolista, la misma cantidad que le pidió al Atlético este pasado verano. Y ante la petición del Barcelona de que se avinieran a una cesión, el adlátere de Peter Lim exigió una opción de compra obligatoria en junio. La situación económica del Barcelona y los objetivos fijados para la próxima temporada desaconsejaron la operación. La entrada en escena de Wague, Abel Ruiz o Carles Pérez para abaratar su llegada fue rechazada por el Valencia. Le quedan pocas horas al Barcelona para reforzarse con el objetivo de suplir la baja de Suárez. «Estoy encantado con lo que tenemos. No vamos a negar que sería interesante que pudiera venir un jugador. Cuento con lo que tengo, y lo que esté por venir bienvenido será. Mientras esto no pase, estaré encantado con lo que tengo», asegura Quique Setién, que no quiere pedir abiertamente pero que deja caer que la llegada de un nuevo delantero sería beneficioso en la lucha por lograr los objetivos marcados. Pero en el club saben que no será fácil. Llevan varios años sufriendo dolorosas calabazas. Rabiot, Verratti, Iñigo Martínez, Dybala, Griezmann o Neymar son algunos de los casos que se unen al más reciente, al de Xavi Hernández, que declinó hace unas semanas la oferta de dirigir al equipo durante los próximos años. Sin duda, los tres casos más dolorosos y mediáticamente con más trascendencia fueron los protagonizados por Antoine Griezmann en el verano de 2018, Neymar un año después y Xavi Hernández durante este invierno tras la derrota en la Supercopa de España ante el Atlético de Madrid. Aunque Griezmann es ahora un fijo del Barcelona (se pagó la cláusula de rescisión de 120 millones de euros), hace dos temporadas protagonizó un desplante que provocó fuertes tensiones en el seno del club culé. Tras llegar a un acuerdo con el Barcelona, el francés se desdijo en un documental producido por Gerard Piqué, provocando el sonrojo de la mayoría de los directivos, que se enteraron del ridículo frente al televisor. Su fichaje un año después fue incluso mal visto por los pesos pesados del vestuario, que vieron en la llegada del galo el impedimento para que regresara Neymar Junior. Aunque muchos futbolistas pensaron que las intenciones del Barcelona no eran reales y se trataba de un paripé para contentar a Messi, lo cierto es que las conversaciones fueron intensas y solo las pretensiones económicas del PSG abortaron el fichaje de brasileño, a pesar de las reticencias de buena parte de la masa social azulgrana, que no veían con buenos ojos su retorno tras haberse fugado pagando la cláusula de rescisión y habiendo denunciado al club en los Tribunales. El PSG también fue protagonista de las recientes conversaciones para contratar a Marco Verrati y a Adrien Rabiot. Las ofertas del Barcelona no fueron aceptadas por el club francés, que no permitió el chantaje de los futbolistas.De Deportes https://ift.tt/38QA6qa
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