miércoles, 29 de enero de 2020

El PP de Madrid «congela» su congreso regional hasta el año próximo

Los responsables del Partido Popular han decidido dar tiempo al tiempo y «congelan», hasta el próximo año, la celebración del congreso regional que estaba pendiente de celebrarse. De hecho, tras la abrupta salida de Cifuentes en 2018, la dirección nacional hizo nombramientos con carácter temporal y anunció que habría un congreso tras las elecciones autonómicas. Pero estas han pasado, y en el partido no hay intención de iniciar este proceso. Se hará, explicaron, «cuando toque». El PP madrileño lleva cuatro años sin una dirección salida de un congreso: concretamente, desde febrero de 2016, cuando dimitió como presidenta regional Esperanza Aguirre y se formó una gestora que presidió la entonces jefa del Ejecutivo autonómico, Cristina Cifuentes.Ésta ocupó oficialmente la presidencia tras el congreso regional de marzo de 2017, el último que se ha celebrado. Posteriormente, también ella salió del partido, en mayo de 2018, en medio del escándalo por su máster. Entonces, la dirección nacional se acogió a un punto de los estatutos, el 40.1, para nombrar directamente al presidente y el secretario general sin hacer formalmente una gestora, aunque de hecho actúe como tal. Entonces fueron designados para esos puestos Pío García-Escudero y Juan Carlos Vera, y se prometió que se celebraría el congreso regional tras las elecciones de 2019. Tenía toda la lógica no hacerlo en medio de una campaña electoral. Pero los comicios pasaron, los gobiernos se formaron, y el PP se ha «olvidado» del congreso. De hecho, en septiembre de 2019 hubo nuevos nombramientos en la cúpula popular madrileña: se mantuvo a García-Escudero, pero entró Ana Camins como secretaria general, entre otros cambios. Y, ya entonces, cuando se preguntaba a los responsables populares por el congreso pendiente, avanzaban que se celebraría «cuando toque». Los estatutos señalan que, de forma ordinaria, tendrán lugar cada cuatro años. Lo que significa que el próximo no «toca» hasta 2021. De este modo, en el PP se evitan abrir el debate sobre el modelo a seguir: si una dirección bicéfala –con una cabeza en el partido diferente a las grandes figuras que dirigen las instituciones madrileñas– o una única persona al frente. Barones socialistas Precisamente ayer, el PP de Madrid reunió a su Junta Directiva, en la que tomaron la palabra la presidenta, Díaz Ayuso, y el alcalde, Martínez-Almeida. La jefa del Ejecutivo autonómico tendió la mano a los barones socialistas que han manifestado su disconformidad con la «deriva anticonstitucional del PSOE». Citó expresamente a los presidentes extremeño, Guillermo Fernández Vara, y castellano-manchego, Emiliano García-Page, con quienes se ofreció a «tejer alianzas». Ayuso insistió en presentar a los populares como rebeldes frente al Gobierno de Pedro Sánchez y Pablo Iglesias, y la defensora de los «ciudadanos que no quieren perder el control de sus vidas». Cree que Madrid «es la pieza de caza mayor de la izquierda», que hará lo posible porque «vaya a peor». Tras acusar a «Sánchez y su séquito» de «maniobrar entre bambalinas para articular un cambio de régimen en España», propuso aplicar «una dieta détox contra los excesos progresistas» y hacer política «sin miedo a los teletipos» porque, avisó, «cada vez que venga una ola, nos van a intentar arrastrar». José Luis Martínez-Almeida, por su parte, destacó las políticas de libertad educativa y sanitaria y el desarrollo de infraestructuras como el Metro o Madrid Río, medallas todas ellas que «no se las pueden arrogar nuestros competidores», recordó. El PP, insistió además, «es el único capaz de aglutinar el voto del centro-derecha», algo necesario porque «su disgregación es la mayor garantía de permanencia de la izquierda en el Gobierno».

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