lunes, 13 de marzo de 2023

Un Atlético de otro tiempo

PESTAÑA j25-girona-atleticomadrid-liga22/23 Crónica 4 De un tiempo a esta parte el Atlético tiene otro aire. Ya no avanza con pesadez y chirriándole los engranajes, sino que muestra un juego más fluido que invita a un optimismo difícil de intuir hace solo unos meses. No parece haber un detonante claro para ello, más allá de la jerarquía abrumadora que ha adquirido Griezmann y de que los estados de forma de los jugadores son inescrutables. Ahora golea en casa y el VAR le concede goles de Morata a última hora. Vive un momento dulce que ayer le llevó a ganar donde nunca lo había hecho. Puro cholismo, el de las mejores épocas. Ante el Girona, pese a un inicio impreciso por mérito de los locales, supo encontrar su lugar en el partido y dominar. No es cualquier cosa. No hace tanto se hubiera quedado a merced del rival y viéndolas venir. Simeone, que tampoco está ya para experimentos, apenas varió el once que goleó al Sevilla. Volvió Nahuel al costado derecho, lo que empujó a Marcos Llorente a la posición de interior. El resto eran los mismos, incluyendo a un Memphis que ahora está por delante de Morata. Girona 0 - Atlético 1 Girona Gazzaniga; Arnau, Bueno, David López, Miguel Gutiérrez; Borja García (Valery, min.64), Romeu (Iván Martín, min.75), Aleix García (Bernardo, min.87); Tsygankov (Villa, min.87), Castellanos (Stuani, min.75) y Riquelme. Atlético Oblak; Molina, Savic, Giménez, Hermoso, Carrasco (Saúl, min.77); Koke (Witsel, min.81), Llorente (De Paul, min.62), Lemar (Correa, min.62); Griezmann y Memphis (Morata, min.62). Gol 0-1, minuto 94. Morata. Árbitro Melero López (Comité andaluz). Amonestó a Stuani (min.101), por el Girona, y a Llorente (min.57), Savic (min.66) y De Paul (min.98), por el Atlético de Madrid. Estadio Montilivi. El gran atractivo local era Riquelme , enfrentado al equipo que posee sus derechos y que no ve la hora de recuperarle. Será la temporada que viene. Mientras tanto, el canterano se debe a quien le paga. Antes del partido repartía abrazos a Morata, Saúl y compañía, pero luego fue el primero en avisar de las intenciones del Girona con un par de carreras con el balón cosido al pie. Luego, Llorente se encargó de ayudar en su marca y desapareció. Los ataques, entonces, comenzaron a caer del lado colchonero. Llorente, también activo en la parcela ofensiva, filtró un pase a Griezmann que provocó la primera gran ocasión del partido. La asistencia del francés la remató alta Memphis, quien también fue protagonista en la siguiente. La pelota, de nuevo, acabó en las nubes. Noticia Relacionada Fútbol estandar No En vísperas de la primera lista de Luis de la Fuente: los diez nombres que más suenan Javier Asprón El nuevo seleccionador dará su primera lista a finales de esta semana para los partidos ante Noruega y Escocia El neerlandés ejercía de socio ideal, siempre bien colocado, pero con la mirilla desviada. También se entonaba Carrasco, incisivo por la banda izquierda y con ganas de dar guerra. Lo ya escrito: el Atlético fluía, pero faltaba el gol. Ocho disparos sin premio en el primer periodo. El Girona, en cambio, no sabía aprovechar su superioridad numérica en el centro del campo y corría demasiado detrás de la pelota. El VAR tomó protagonismo excesivo al inicio de la segunda mitad por una posible mano en el área de Oriol Romeu. Obligaron a Melero a ir al monitor a perder el tiempo, pero el árbitro principal, sensato, no quiso entrar en ese jardín. El caso es que el parón sentó mal al Atlético. Tsygankov puso en aprietos a Oblak con un potente disparo cruzado. Los de Míchel habían encontrado un resquicio. Lo percibió Simeone también, que quiso dar un nuevo impulso a los suyos con un triple cambio que no pareció funcionar. David López levantó al estadio con un atrevimiento desde el centro del campo que obligó de nuevo a Oblak a ofrecer su mejor versión. No fue la última. Riquelme también puso a prueba al esloveno en la prueba final de que el miedo había cambiado de bando. El Atlético se perdía, entre otras cosas, porque Griezmann había desaparecido. Es lo de siempre. Sin él entonado el equipo decae, pero a la mínima que intervienelos colchoneros son otros. Suyo fue el saque de esquina que culminó en el tanto de Morata tras un barullo en el área que lo puso en duda. El VAR, esta vez sí, dio por buena la posición del delantero por milímetros y concedió el gol.

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