lunes, 20 de marzo de 2023

Parole, parole

En la política hay algo parecido a una ley que permite prever el comportamiento de sus actores: nadie participa para perder poder. Por supuesto, hay partidos que se suicidan, pero no es la norma . De aquí que convenga relativizar la escalada de tensión entre PSOE y Podemos . O convenga, cuando menos, redefinir su importancia a la luz de dos escenarios. Primero, el nuevo ciclo electoral que se inaugura en 2023. Segundo, las posibilidades reales de que el PSOE vuelva a gobernar prescindiendo de una fórmula de coalición en la que participe Podemos. ¿Significa esto que entre PSOE y Podemos no existe un choque genuino de ideas o de concepciones del feminismo? Puede haberlo, claro. Pero si el debate en torno a la reforma de la llamada ley del 'sólo sí es sí' ha adquirido un carácter casi existencial no es porque haya diferencias ideológicas insalvables entre ambos partidos. Siempre las hubo, pero el incentivo de gobernar limó asperezas. En cambio, el dramatismo que rodea a este choque se debe más bien a que la apertura de ciclos electorales obliga a los miembros de las coaliciones a pasar de un modo cooperación a un modo competición . Competición significa ritualizar diferencias. Y para Podemos, que ha tenido que encajar desde el aumento del gasto en defensa hasta el renovado pro-atlantismo del PSOE, la causa feminista es la última batalla que le permite actualizar un perfil de partido radical y contestatario ante el statu quo. ¿Le interesa al PSOE este choque? Todo indica que sí. Pedro Sánchez podría absorber el desgaste asociado a la imagen de un gobierno en conflicto abierto si es capaz de responsabilizar a Podemos ante la opinión pública. Sería una estrategia orientada a disciplinar el mundo político a la izquierda del PSOE, redimensionando a la baja el peso de Podemos y preparando el camino a la candidatura de Yolanda Díaz, convertida en referente e interlocutora de ese espacio. Noticia Relacionada estandar Si El choque por el 'sí es sí' eclipsa a Yolanda Díaz: el PSOE cuestiona su liderazgo y Podemos gana espacio Víctor Ruiz de Almirón En Moncloa y en Ferraz critican que la vicepresidenta se limitase a defender un acuerdo, pero sin definir una salida. Hoy por hoy, el PSOE no tiene músculo electoral para aspirar a una mayoría que le permita gobernar sólo como en el pasado. Y parece difícil que después de la energía invertida en normalizar la actual mayoría parlamentaria Sánchez vaya a intentar condenarla al pasado para intentar un nuevo viajar hacia el centro. Luego el PSOE necesita a Podemos . Otra cosa bien distinta es que el PSOE quiera a Podemos con el mismo poder. Y de eso va el choque. Lo demás, como dice la canción, 'parole, parole'.

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