Una modalidad con poco arraigo en España trata de abrirse camino por la vía de Europa. Es el ciclismo en pista, los velódromos y sus múltiples especialidades con reglas diversas que solo los acérrimos controlan. La Liga de Campeones de este deporte, denominada UCI Track Champions League, se presentó esta semana en el recinto olímpico de París 2024. Cinco pruebas entre los meses de noviembre y diciembre con el soporte de un gigante, Discovery, estrellas de la pista para atraer al público hacia su espectáculo y la inmersión en las profundidades de la realidad virtual. El metaverso, ese concepto que todo el mundo trata de explicar o entender, realidad paralela, mitad videojuego mitad negocio en el que el avatar siente el privilegio de estar en el centro de la acción. «En España podemos vivir cuatro de la pista». Habla el castellonense Sebastián Mora , campeón mundial y europeo que se ha construido un porvenir con la bici sin frenos y piñón fijo que vuela sobre los peraltes, la franja azul de seguridad, las líneas negra y roja que elevan a los ciclistas hacia la cúspide del velódromo y confieren un espectáculo cautivador, corredores y bicicletas como flechas lanzadas al vacío de la velocidad o la resistencia. Sebastián Mora entrena en velódromos de cemento, porque en España, a falta de tradición, solo hay dos de madera, en Mallorca y Valencia . Pasa también media vida en la carretera, para incrementar su fondo como especialista que es en las pruebas de resistencia. Noticias Relacionadas estandar Si ciclismo Arabia Saudí también llega al ciclismo español José Carlos Carabias estandar No CICLISMO El Tour del Guggenheim: mucha montaña y solo una contrarreloj José Carlos Carabias «Nunca había visto un cambio de mentalidad tan grande -dice Mora en la presentación-. Ahora el ciclismo en pista se puede ver en la televisión y en España la gente me pregunta por mi deporte cuando antes no lo hacía nadie». En el Reino Unido se vive otra versión de los hechos. La escuela de Manchester, impulsada por el alma mater del Ineos (ex Sky ganador de siete Tours de Francia en la última década), Dave Brailsford, popularizó el ciclismo en pista hasta el punto de conseguir que uno de los proyectiles de esta modalidad ganase el Tour (Bradley Wiggins, 2012). Inglaterra también marca el paso. Habrá dos de las cinco pruebas en suelo británico: Mallorca (12 noviembre), Berlín (19 noviembre), París (26 noviembre) y doble cita de cierre en Londres (2 y 3 diciembre). Los velódromos no serán el único punto de reunión según el canon establecido, aficionado compra entrada, ocupa su sitio y presencia una gala. «El metaverso es algo nuevo para todos . Todo el mundo habla de él, pero en realidad nadie sabe lo que es», explica Francois Ribeiro, uno de los organizadores. El metaverso en el ciclismo en pista equivale a recrear el mundo en una plataforma virtual, una nueva forma de diversión, nuevo comercio, experiencias por descubrir... Un seguidor puede crear su avatar en el metaverso, penetrar en la pista de madera de Saint-Quentin-en-Yvelines y competir contra alguno de los ciclistas que marcan tiempos en apariencia inalcanzables para los mortales. Puede deleitarse con los datos: su velocidad en la bicicleta, la cadencia de pedaleo , el tiempo por vuelta, el pulso de su corazón o los watios de potencia que desarrolla... En esta realidad figurada por la que se paga se puede convivir con las estrellas de este deporte en los espacios reservados, acceder a las zonas vip, hacer negocio con otras personas representadas en avatares o interactuar con los otros fans. «Es una realidad infinita que pretendemos descubrir», indica Francoise Ribeiro. A gusto del consumidor, el aficionado de este deporte puede visitar las entrañas de los velódromos, fascinantes como el de Saint-Quentin-en-Yvelines, a media hora de París. Un entramado de vigas y tablones de madera de pino sostiene el peralte de la pista inclinada, con sus trozos de papel dispuestos como calzadores de una mesa para enlazar las traviesas que ceden. Puede recorrer el interior de los vestuarios donde los ciclistas tonifican su musculatura y su cuerpo con jacuzzis de agua fría y el contraste de agua caliente, junto a las saunas de calor. Una variante del espectáculo que ya tuvo reflejo en otro torneo de nivel. Una empresa española, VRM, desarrolló el metaverso en la última Final Four de baloncesto después de llegar a un acuerdo con la Euroliga. A través de un avatar y unas gafas teletransportadoras, los aficionados podían lanzar triples junto a Sergio Llull y Rudy Fernández o intentar taponar los tiros de Mirotic. En el metaverso, los hinchas de cualquier lugar en el mundo podían interactuar con la oferta de ocio que se pudo encontrar en Belgrado, aprovecharse de las ventajas comerciales de los patrocinadores y abrir un espacio potencialmente ilimitado en el que los aficionados pasaban un buen rato y al mismo tiempo interactuaban con las marcas. «El metaverso implica estar cerca de la acción , cerca de los atletas -esgrime Ribeiro-. Es nuevo, pero es 'cool' para los adolescentes».
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