PESTAÑA j13-betis-sevilla-liga22/23 Crónica 4 COMPONENTE Ficha Crónica 2301708 Un derbi incandescente, tres expulsados, brusquedades máximas, más interrupciones que juego e igualdad en lo futbolístico con Gudelj como protagonista . El defensa empató el derbi sevillano con un derechazo descomunal y aún pudo desnivelar el duelo con otros dos zapatazos. Terminó la primera parte en el Villamarín con un expulsado por equipo y más de diez minutos de añadido. Es el designio de los derbis sevillanos, incandescentes siempre, al límite de la legalidad o del altercado civil. Ha habido de todo, un botellazo a un entrenador (Juande), una agresión a un guardia de seguridad, el astillazo del año pasado a Jordán y la suspensión. Pasión enfocada hacia el paroxismo que en la noche de este domingo se plasmó en otro tipo de acciones. El ambiente fue cálido y hermoso antes de empezar (luces, banderas, himno a capela), pero en el juego hubo intensidad primero y brusquedad luego. Al toque y en combinaciones rápidas, el Betis gobernó a su rival con un Canales primoroso y la zurda de Fekir cosida al balón. Duelo magnífico por la ambición de ambos equipos. Fekir remató al palo, Ruibal disparó a la nube en la soledad para pensar y Edgar salvó el gol que entraba de Rafa Mir. En los últimos instantes del primer acto llegó el pimentón. La roja directa a Montiel por una patada en la rodilla a Álex Moreno, el gol chapucero que nació en un despeje y rebotó en Navas y la expulsión de Fekir , quien propinó un codazo exagerado a Papu Gómez. Trabajo para el árbitro, noche ardiente en Sevilla. Mientras se pudo jugar al fútbol entre la multitud de interrupciones, brusquedades de todo tipo, protestas sin fin y visitas al VAR , el Betis hizo más daño con el balón. Álex Moreno tuvo el segundo gol, pero no ajustó el tiro cruzado. Siguió la bronca con la expulsión de Borja Iglesias, torpe y violento el delantero contra el tobillo del Jordán. No había tres rojas desde 1985. El derbi de la ciudad andaluza pertenece a otra categoría en el fútbol. El Sevilla siempre tuvo la intención de jugar en campo rival, administrar la pelea y entrar por las bandas. Pero encontró el premio en un derechazo imponente de Gudelj a la escuadra , su segundo latigazo de estas características. El Betis acabó recostado en su área, defendiendo el empate y protegiéndose de Gudelj (un larguero y un tiro a bocajarro).
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