
Minutos antes de las 10.30 horas, cuando se abrieron doce de las 17 puertas del Retiro tras 45 días cerrado por el azote de Filomena, decenas de ciudadanos se apostaban en los accesos con sus mascotas. La reapertura parcial del parque más emblemático de la capital recordaba a esos instantes previos al comienzo el periodo de rebajas, con la ilusión de ser los primeros en pisar uno de los recintos más queridos por los madrileños y visitantes. «Estaba deseando volver, soy de las que vengo los 365 días del año por la mañana, a las 8.30 horas, y camino más de una hora. Mis piernas ya lo necesitaban», comentaba a ABC Dolores, una de las vecinas más madrugadoras, que durante este mes y medio se tuvo que conformar con bordear el recinto. De las 118 hectáreas, ya se ha recuperado el 60%, disponible en su horario habitual, de 6 a 22 horas. El 40% restante permanecerá precintado, ya aún es peligroso. Son áreas pobladas por coníferas, la especie más afectadas por la nevada. Por ello, hasta el 1 de abril, cuando el alcalde de Madrid, José Luis Martínez-Almeida, ha fechado la reapertura total del parque, el Campo Grande, el Palacio de Cristal y el de Velázquez, la Rosaleda y parte de los jardines de Isabel II seguirán cerrados. Hasta entonces, se habilitarán las zonas según se hayan revisado. Almendros en flor Hora y media después de la reapertura, el paseo de Coches ya tenía apariencia de un domingo cualquiera, pese a ser lunes. El hecho de que ayer los escolares no tuvieran clase empujó a muchos abuelos a acompañar a sus nietos a patinar, ir en bici o volver a dar ese paseo que añoraban. En el caso de Eugenio y Leticia, vecinos de Las Rozas, aprovecharon para disfrutar de un día en pareja tras mucho tiempo sin pisar el parque. «Hace tres años que no veníamos. Hemos ‘colocado’ a nuestros cinco hijos y hemos aprovechado para dar un paseo», comentaban, mientras iban hacia el Estanque Grande, donde algunos se atrevieron incluso a montarse en barca. También regresaron los miembros del club de piragüismo, quienes se vieron obligados a entrenar en Aranjuez. «Mi perrita echaba de menos correr por el césped», comentaba Brígida, mientras su mascota ladraba y tiraba de la correa, deseosa de recuperar el espacio perdido. «Llevamos esperando con ansia este día. Nos hemos desesperado, porque con los perros no sabes a dónde ir, ha sido horrible», celebraba por su parte, Amanda Muñiz, que optó por llevarla a la Casa de Campo o El Pardo como alternativa. «En casa estaban fatal. De venir al día aquí una o dos veces a nada se volvían locos», añade. «Con la nieve estaban todos los parques fatal, no había muchas opciones. Daban ganas de llorar de cómo estaban», lamentaba, a su vez, Juan Antonio Orozco, residente en Mariano de Cavia, que también suele acudir a diario con su mascota. «Para mí esto es una joya, el quedarte sin pasear por aquí era una tortura auténtica», valoraban ambos, conscientes del privilegio que supone vivir cerca de este pulmón histórico. Detrás de la cinta blanca y roja el sonido de los pájaros aún convive con el de las motosierras. Los operarios municipales ya han retirado más de 20.000 metros cúbicos de madera y ramas. De los 17.400 árboles del Retiro, Filomena dejó secuelas en 12.180, el 70%. De ellos, un millar es irrecuperable, aunque serán replantados. El alcalde, José Luis Martínez-Almeida, pidió responsabilidad a los visitantes para que respeten los espacios restringidos por su seguridad. La Policía Municipal y los agentes del parque sancionarán a quienes se salten el precinto con multas de entre 60 y 600 euros. En la Puerta del Niño Jesús unos almendros en flor recibían ayer a los visitantes que acudieron al reencuentro con su parque. A su alrededor, decenas de ramas de pinos aún seguían tirados por las laderas. El color de sus pétalos es la señal de que la vida siempre se abre paso tras la devastación.
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