
La máquina de detectar y fabricar talento instalada desde la llegada de Laso en el Real Madrid apuntó hace tres años hacia Argentina. Allí despuntaba un desgarbado jugador que no destacaba por nada especialmente, pero que lo hacía casi todo bien. Pocos meses después, Gabriel Deck (26 años, 1,98 metros) firmaba su contrato en el Bernabéu y comenzaba una carrera lenta, pero segura, que ha terminado por situarle entre los referentes del equipo. Un ascenso casi inadvertido para el gran público, pues el argentino es tan tranquilo en la cancha como en su vida privada. Un tipo sin estridencias que juega al baloncesto con una efectividad que asusta y que tras la marcha de Campazzo ha elevado su protagonismo, como...
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